ADIOS ÁNGEL GUERRERO GARRO… ADIÓS
Por: Isaías Alanís
En el fondo del barro de Jalisco
y los cascos de la noche de España
un viento de espuma asciende silencioso,
gira hasta cegar la luz en prismas de colores,
somete por la fuerza al légamo del viento,
-acorralado- suspira por caer entre tus ojos.
(La tarde es un aluvión de sueños
Canta Chucho sin guitarra, es otro espejo.
En la Herradura todo es torrente,
Dibujas con tus hermosas manos
El silbo de la tarde y de las balas
Que se estrellan contra los acantilados,
En rocas, entre matas de pericón verde.
Impávido no escuchas nada, te oyes a ti mismo
Al trazar cada línea con el ojo puesto en otros soles)
Te veo del otro lado del crepusculo
circularizado por astros mudos, irredentos,
sin ganas de volver a combatir
por otro amanecer contigo,
hundido en un pañuelo de girándulas
entre los labios de la tierra dormida.
Parado en medio del campo
eres un roble rodeado de ternura
el dobles del agua a punto de ser fuego
la llave del amor que derramaste
con tus ojos de capitán de los colores
en los labios del agua, en el amancer de cien luceros,
en la punta del dolor clavado en tus extrañas.
(El caballete da un vuelco, Jesús descorcha otra soda
Parado sin escuchar el silbo de las balas
de los deportistas que apuntan al blanco.
Ajeno al aletreo del sol que pasa relinchando
Continuas los trazos del Chalchi
que te saluda con su corazón de piedra preciosa.
Esa tarde, solo el campo, el campo verde
Y el ritmo de tus dedos sobre la pequeñez del universo,
constelaciones, mundos que han sido y que serán,
mientras tú, impávido le robas semillas a la luz
pequeños gajos de esmeralda, rehiletes de ceniza,
ascuas de nieve concentrada en una pluma.
Jesus coloca la guitarra sobre el cesped
desaparece de la página y posa su mano
sobre tu hombro sin decir nada.
Ambos me dejan en medio del sumbido de las balas
Y se van a caminar al campo.
Intento seguirlos con la mirada.
Entre los muslos de la Herradura, desaparecen de mis ojos.
En lo alto del Chalchi brillan dos estrellas).
Nos dejaste el pan de tus colores
la verdad sobre una barca en movimiento
la canciones de los partisanos italianos,
la rueda ensortijada de tus hijos,
tus hermosas manos de manantial,
tu sonrisa trazada por una sandía
tu habilidad para domar el barro y los colores.
¿Que mas puedo decirte Ángel, si ya no me escuchas?
Desde los caminos lejanos del Sur te saludo, hermano
Y cantemos con Paco, Flora y Devi en tu honor,
el hímno de amor a la libertad que tu cantaste y viviste por siempre.
Adios, Angel Guerrero Garro, Adios… Adios
(Una mattina mi son svegliato,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
Una mattina mi son svegliato,
e ho trovato l’invasor.
O partigiano, portami via,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
O partigiano, portami via,
ché mi sento di morir.
E se io muoio da partigiano,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
E se io moio da partigiano,
tu mi devi seppellir.
E seppellire lassù in montagna,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
E seppellire lassù in montagna,
sotto l’ombra di un bel fior.
Tutte le genti che passeranno,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
e le genti che passeranno,
Mi diranno -Che bel fior!-
E questo è il fiore del partigiano,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
E questo è il fiore del partigiano,
morto per la libertà!
E questo è il fiore del partigiano,
morto per la libertà!)