La rehabilitación de las personas con discapacidad: un derecho constitucional y un asunto de justicia social

EN PERSPECTIVA

Por Citlali Calixto Jiménez

Siempre he pensado que las mejores conmemoraciones son las que acompañan la reflexión colectiva con acciones claras y contundentes. Así ocurrió este año en el marco del 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad. En la mañanera del pueblo, la Presidenta Claudia Sheinbaum dio una muestra más de su compromiso social y su calidad humana. Veamos en perspectiva qué pasó y porqué es relevante.

Lo primero que hay que resaltar es que desde hace algunos días el acceso a la rehabilitación de las personas con discapacidad es un derecho plasmado en la Constitución. Esto es resultado de la reforma que hizo constitucionales los programas sociales y que en el Congreso de Guerrero respaldamos y aprobamos. Ya no es un apoyo, es un derecho exigible con todas las de la ley.

Ahora bien, para hacerlo efectivo se requieren recursos, personal e instalaciones. Si no, el derecho se queda en el papel y en el discurso político. Por eso, la Presidenta Sheinbaum dio a conocer que se destinarán 900 millones de pesos para que la Fundación Teletón proporcione los servicios de rehabilitación a todas las personas menores de 18 años de edad que lo requieran y soliciten. Así como 28 mil millones de pesos para la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente.

Esta asignación de recursos ilustra muy bien las bondades de la “continuidad con cambio” y del “segundo piso de la transformación”. Estas acciones se empezaron a implementar durante el gobierno del Presidente López Obrador como parte del Programa de Apoyo de Rehabilitación e Inclusión para el Bienestar de Niñas y Niños con Discapacidad Permanente. Son acciones integrales que buscan mejorar la calidad de vida de los de 8.8 millones de personas de 5 años y más con discapacidad en el país (INEGI, 2024).

Los resultados ya están a la vista. Por ejemplo, mediante un convenio de la Secretaría del Bienestar y la Fundación Teletón se ha podido atender a más de 27 mil niñas, niños y adolescentes que este año han recibido 3.1 millones de servicios de rehabilitación. Por sí mismo, este dato es más que positivo; sin embargo, el objetivo del programa es más ambicioso. Se busca que las terapias sean un medio para mejorar su calidad de vida y avanzar en su inclusión. Y así está sucediendo, el 80% de las y los niños beneficiarios han podido incorporarse a una escuela (Presidencia de la República, 2024).

De manera complementaria, se destinarán en 2025 aproximadamente 28 mil millones de pesos para la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad. Este programa social tiene hoy en día un padrón de 1 millón 484 mil 930 personas beneficiarias de 0 a 64 años en 24 entidades federativas (Presidencia de la República, 2024). Así que la asignación de recursos será clave para seguir avanzando en la cobertura universal de este apoyo económico asociado a un derecho constitucional.

Cabe señalar que esta pensión es única en el mundo, ningún país otorga un apoyo económico de este tipo. En México se hace de manera directa y desde una perspectiva de justicia social. En este contexto, Guerrero será uno de los estados más beneficiados con estos apoyos porque ocupa el lugar número 5 entre las entidades federativas con mayor población con discapacidad permanente: Zacatecas (11.2%), Tabasco (10.1%), Durango (9.9%), Oaxaca (8.8%) y Guerrero (8.4%) [INEGI, 2024].

Tal como señaló la Presidenta Sheinbaum: “El derecho a la rehabilitación es un derecho llave, que les permitirá a las personas con discapacidad acceder a otros derechos: a estudiar, a trabajar y habremos de trabajar en este sexenio también, la política de inclusión para las personas con discapacidad”. Esto es resultado de las reformas constitucionales que desde la Cuarta Transformación se han pensado como mecanismos de justicia social.

Esa reforma al artículo 4º constitucional, la asignación de recursos y las acciones de política pública demuestran que, tal como dice el dicho popular, “obras son amores y no buenas intenciones”.

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