David Martínez Téllez
Para ubicar el calificativo benditas redes vamos al triunfo del actual presidente de México Andrés Manuel López Obrador.
La mayoría de los medios de comunicación impresos y electrónicos apoyaban a los candidatos del PAN Ricardo Anaya y del PRI José Antonio Meade en la campaña presidencial de 2018. El nuevo espacio de divulgación no solo nacional sino el espacio extranjero fueron las redes sociales, en ese tiempo una novedad y herramienta donde se puede publicar lo que se antoje. Además sin mucha inversión en comparación en los “otros” medios nacionales.
En ese entonces y dada la simpatía que despertó el discurso de esperanza y combatir a la mafia del poder de AMLO de inmediato tuvo muchos, demasiados simpatizantes. Como cualquier net o sea red se integró, voluntariamente, un sinnúmero de repetidores.
Cuando ganó el mismo presidente utilizó el calificativo de benditas redes.
Empero, en política no todo va en ascenso y apunta al cielo. La misma ley de la gravedad establece que todo lo que sube tiene que bajar.
El origen de de un sima (con s), por lo menos en política, asoma cuando una organización importante del mismo grupo se separa. No necesariamente hace pública la separación. Por lo general envía señales que solo algunos entienden.
Un hito en el PRI, el partidazo de la década de los 80, fue la creación de la corriente democrática. Primero fue una manifestación interna (sima) y luego pelearon la presidencia en el 88 (cima). Fue creciendo hasta que perdieron la presidencia en el 2000.
Muchos considerados priistas realizaron campaña en favor del PAN y de Vicente Fox. En otra fotografía, se empezó a votar por lo popular que no efectivo. Tendencia que se mantiene.
El paso intermedio de la base popular se repitió con Enrique Peña Nieto. El guapo de la película. La renovación de lo conocido estuvo con el actual presidente. En donde las redes sociales jugaron un papel preponderante.
Al parecer el punto de inflexión de la pérdida de popularidad del presidente se encuentra en el caso Houston. Donde cada vez salen evidencias de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho negocios. Es decir, no ha distribuido democráticamente entre hombres de dinero las compras. Cada vez se comprueba que bajo la protección de su popularidad es el gran beneficiado; es cierto, dipone recursos para los más pobres; sin embargo, aplica el apotegma el que parte y comparte se queda con la mayor parte.
Si antes, en gobiernos anteriores salpicaban a los menesterosos; en la actualidad ni siquiera briznea a los de arriba. Y estos si que tienen recursos y amigos en el extranjero con su mismo perfil. Es decir, se han aliado, por lo menos, con gente adinerada de los Estados Unidos.
Estos grupos económicos y políticos han estado presionando al presidente para que abra el cofre y haya negocios. El ejemplo, lo vemos con el aguacate que no puede entrar a venderse en Estados Unidos. O la reforma eléctrica que está por discutirse y aprobarse. O energías limpias o no hay dinero, nuevo y fresco.
Recursos que cada vez son más limitados y que ya no alcanzan con lo que se recauda. No puede sostener sus programas sociales (entrega de dinero en efectivo) y lo que está realizando son mayores recortes a instituciones -principalmente autónomas- y de salarios [funcionarios del gabinete del estado de Guerrero lo están padeciendo] para conservar su estrategia de políticas públicas.
Los machuchones, los de lana, están dejando solo al presidente. Dos ejemplos: A Carlos Slim le prometieron su canal de televisión, casi era un hecho, y al final, se lo negaron. En el pago de impuestos a Ricardo Salinas Pliego, dueño de Elektra y Tv Azteca, fue obligado a cubrirlos. Este debió tener algunas consideraciones porque lo apoyó desde antes de la campaña presidencial. Es decir, Andrés Manuel López Obrador ha traicionado a sus cuates, a sus aliados. Y hoy se han volteado.
Está pasando del cisma al sisma.
El empujón para arribar al sisma lo está diseñando Yahoo. Una red social. Bendita en campaña y en lo que va de gobierno, y, ahora maldita por ventilar contrainformación del presidente más popular en México.