— Tras la desaparición y posterior asesinato de 11 de sus habitantes
— Aún faltan por localizar 6, señala presidente del Consejo Interreligioso
Rosario García Orozco
Después de 5 meses del hallazgo de 11 personas muertas en la batea de una camioneta, en las inmediaciones del Parador del Marqués, en Chilpancingo, los habitantes de Chautipan, de donde eran originarias las víctimas, siguen viviendo en un condiciones de miedo e incertidumbre.
“Viven esa psicosis a pesar de que hemos tratado de ayudarles nosotros, hemos llevado a un psicólogo, a un trabajador social, hemos realizado un retiro espiritual, y yo voy a platicar con las familias muy periódicamente”, informó el sacerdote Baltasar Vega Ramos, párroco de esa comunidad.
Cuestionado sobre si después de que las autoridades estatales acudieron a llevar apoyos a los habitantes de Chautipan tras el hallazgo de cuerpos, se han vuelto a acercar para llevar alguna ayuda extra, dijo que, que sólo el mes pasado les llevaron despensas y juguetes a los niños.
“No, hasta ahorita no, hasta ahorita nosotros somos los que hemos llevado ese tipo de ayuda”, dijo Vega Ramos, quien insistió en que la iglesia católica ha estado pendiente de ayudar a los habitantes de esta comunidad ubicada en la sierra de Chilpancingo.
Comentó que a pesar de la situación de inseguridad y violencia que se ha acrecentado en las últimas semanas en Chilpancingo, no han tenido problemas para realizar su trabajo eclesiástico en esa zona, “por lo regular el trabajo es a nivel personal y confidencial así trabaja uno como sacerdote».
En su caso, aseguró que goza de “respeto” de los habitantes de Chautipan, razón por la cual no ha tenido problemas para realizar su tarea en las comunidades, “yo gozo en esas comunidades de atenciones, de respeto y atención porque yo voy a trabajar lo mío, voy a trabajar a nivel espiritual, moral, ese es mi trabajo y es lo que llevo a cabo”.
Dijo que el único obstáculo al que se enfrentan para llevar el mensaje de paz, son las distancias, porque implica riesgo, “es lo que nos causa mayor situación, la distancia, en lo demás hay libertad para poder trabajar”.
Aseguró que a pesar del panorama de violencia al que se enfrentan todos los chilpancingueños, no se han registrado incidentes para realizar la labor eclesiástica de la iglesia católica en las comunidades de la sierra, en sus visitas a comunidades como Amojileca, Chautipan, San Vicente y Jaleaca pertenecientes al municipio de Chilpancingo.