Aguirre: Ni responsabilidad en la desaparición de los 43, ni vinculado al crimen organizado

— “Ni me han encontrado ni me encontrarán nada”, dice respecto a las investigaciones del caso
— Tomás Zerón le tendió una trampa al ex fiscal Iñaky Blanco, lo quería vincular con la delincuencia organizada

Rogelio Agustín

El ex gobernador Ángel Aguirre Rivero sostiene que a pesar de todas las investigaciones que se han realizado, hasta el momento no se ha detectado ningún elemento que lo relacione con la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, tampoco que demuestre que durante su mandato tuvo algún pacto con el crimen organizado.

Han pasado ocho años de que solicitó licencia al Congreso para separarse de la gubernatura de Guerrero, se han realizado diferentes investigaciones y hasta el momento, Aguirre Rivero señala que no se ha comprobado ninguna de las imputaciones que se le han hecho a través de los medios de comunicación.

“No me han encontrado ni me encontrarán absolutamente nada de lo que yo me tenga que avergonzar”, aseveró.

Incluso, señala que ojalá, en algún momento alguien le pregunte al subsecretario de Derechos Humanos del Gobierno de la República, Alejandro Encinas Rodríguez respecto a la comprobación de alguno de los señalamientos hechos en su contra.

Hasta el momento, dijo que el también presidente de la Comisión para la Verdad y la Justicia en el caso Ayotzinapa, no ha emitido ninguna declaración que le resulte incriminatoria hacia su persona.

Sin embargo, sostiene que en la administración federal anterior, hubo un intento muy directo de involucrarlo en situaciones ilícitas para poder llevarlo a prisión.

Recuerda que en una ocasión, “a través del engaño, el ex director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón de Lucio convocó al ex fiscal de Guerrero, Iñaky Blanco Cabrera para tomarse un café en la Ciudad de México.

“En cuento estuvieron juntos resultó que no era una invitación a tomar café, era una declaración ministerial en la que le solicitaron que dijera cuales eran los nexos que Aguirre Rivero tenía con la delincuencia organizada”, anotó.

Zerón de Lucio preguntó a Iñaky sobre la relación que el ex gobernador tenía con el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y Guerreros Unidos, pero la respuesta siempre fue la misma, no había elementos para esa acusación.

Sostiene: “La pretensión era llevarme a la cárcel, querían involucrarme con temas de la delincuencia organizada”.

En esa parte, el ex gobernador asegura que “cuando un político recibe un peso de la delincuencia organizada, queda esclavizado para toda su vida, es lo peor que le puede suceder a un político”.

Asegura que en su caso no tiene nada de qué arrepentirse: “Yo puedo decir con la frente en alto, mirando a los guerrerenses a los ojos, que jamás tuve ningún tipo de relación con ningún grupo de la delincuencia organizada”.

Por esa razón dijo que la versión de que él estuvo en la reunión que encabezó Jesús Murillo Karam, en la que supuestamente se fraguó la denominada Verdad Histórica no le perjudicó, porque tuvo todos los elementos para demostrar que el día indicado como fecha de ese cónclave, él estuvo todo el día en el puerto de Acapulco.

Después de los hechos del 26 de septiembre de 2014, dijo que nunca tuvo contacto con el ex titular de la entonces PGR, Jesús Murillo Karam ni con Tomás Zerón, quien actualmente se encuentra prófugo.

Lo que vivió Iñaki Blanco en la oficina de Tomás Zerón, de acuerdo con el ex gobernador, en realidad fue una emboscada: “Le dijo que lo invitaba a tomarse un café de manera cordial, nunca le dijo que lo citaba para tomarle una declaración ministerial, lo mantuvo retenido durante 24 horas, Iñaky durmió 24 horas en la oficina de Tomás Zerón, porque no lo dejaba salir”.

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