Desinformación

David Martínez Téllez

La etapa o periodo de la verdad única, indivisible y verdadera ya la vivimos como sociedad mexicana. Fue en la época política de partido único con el PRI. Tenían el contro de casi todo.

La mayor crisis fueron los acontecimientos del 68. La embestida contra los estudiantes. La única verdad fue la del gobierno. Injerencia extranjera prevaleció en las movilizaciones. Nunca fue cierto, pero sirvió de pretexto para utilizar al ejército, quien a petición presidencial reprimió a cientos, tal vez miles de personas.

El gobierno de ese entonces controlaba, principalmente los medios electrónicos (radio y televisión) porque su voz e imagen penetraban en amplios sectores de la sociedad. Algunos medios impresos dieron cuenta fiel de sucedido. Otros la ocultaron o tergiversaron a modo del gobierno.

Luego se escribieron libros. Allí encontramos otras vertientes, en la mayoría coincidían en la represión ordenada por la presidencia sin ninguna intervención extranjera.

Hubo desinformación, claro, fue muy evidente.

Dejan estos resquicios porque no pueden controlar todo, afortunadamente se ha respetado la libertad de expresión. Para quienes gobiernan es un suplicio y una ventaja de la democracia.

Apunto. En aquellos años de partido único no existía la democracia y contrariamente a lo que se piensa de una autocracia priista, de alguna manera ha existido la libertad de prensa. A lo mejor no tanta en periódicos, pero si en formato de libro.

La desventaja social es que como sociedad mexicana leemos muy poco. Atendemos lo más cómodo que es la radio y televisión. Y de lo que nos ofrece dependemos.

En información inmediata de un suceso o acontecimiento el único recurso que tenemos es la opinión de editorialistas y columnistas que escriben en diarios. Nuestro deber, como lectores (uf), es atender a varios de esos informadores de acuerdo a su formación académica e ideológica.

Si nos quedamos con una versión, nos resta repetir lo leído o escuchado. Pero después de observar varias descripciones u opiniones, tendríamos que reposar la información para pasado el tiempo breve hacer una reflexión. Luego, entonces, me formaría mi criterio.

La desinformación no es de quien escribe o lee. Llámese fuente, agencia, canal, periódico o red social, sino de quien no busca diversos textos. Y no tiene la gana de pensar.

Cada organismo institucional tiene por obligación ofrecer su información. Es su verdad. Los involucrados directamente tendrán también su verdad. E incluso habrá otros daños colaterales que nos dirán su verdad.

No solamente existen dos versiones, sino varias y para formarse una idea más completa de cualquier suceso habría que atender, leer, escuchar a la mayor cantidad de versiones, tanto de expertos como de personas involucradas y de las instituciones.

En el caso concreto de Ucrania, ahora salen los intelectuales a decir que se está manipulando la información. Lo que deberían de hacer esos que copian textos para hacer sus libros, es animar a la sociedad a que lea, escuche, atienda y vea diferentes puntos de vista. Que no se estanque en dos versiones, sino que trate considerar la gama de grises.

En el fondo ese tipo de personas estudiadas (según), lo que pretenden es que sus seguidores piensen como ellos. Es decir, caen en lo que dicen combaten: la desinformación.

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