– Los pobladores exigen justicia
Jesús Dorantes
Chilpancingo , Gro .- Al cumplirse un mes del ataque perpetrado contra la base de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), en la comunidad de Buenavista de la Salud, perteneciente a Chilpancingo, los pobladores reprochan que no haya avances en la investigación, por el contrario, denuncian que hay hostigamiento por parte de las autoridades.
La mañana del domingo 26 de febrero, fueron colocadas mantas en los muros y puntos visibles de la base comunitaria, dónde todavía quedan vestigios de cientos de disparos realizados por una célula criminal, que aseguran, pertenecían al grupo delictivo de Los Ardillos.
En el ataque del 26 de febrero, recordaron que murieron cuatro elementos de la UPOEG.
Las leyendas plasmadas por los lugareños señalan: «Justicia para los caídos» y «Queremos Justicia», entre otras.
A un mes de los hechos, pobladores y policías comunitarios se dieron cita en la base ubicada sobre la carretera federal México – Acapulco, dónde solicitaron a la presidenta municipal, Norma Otilia Hernández Martínez y la gobernadora Evelyn Salgado Pineda acudan a la comunidad de Buenavista de la Salud.
Desde la noche del 26 de enero, en el lugar fueron decomisados dos vehículos blindados y las autoridades legalmente establecidas «no han puesto un solo pie en la comunidad, ni siquiera para saber como estamos» , reprocharon los pobladores que mantienen la postura de que existen nexos del crimen organizado con algunos integrantes de las estructuras de Gobierno.
Denunciaron también que hay amenazas de muerte en contra de los pobladores y los policías ciudadanos, lo que crea un ambiente de temor hasta de salir de su propia comunidad.
La exigencia de que acudan representantes de las autoridades se plantea hasta el presidente de la república, Andres Manuel López Obrador, para que ponga atención en las comunidades de Guerrero, dónde aseguran que «el crimen organizado opera en total impunidad».
Los afectados, refieren que son las personas que laboran honradamente y día a día salen a buscar en sustento para sus familias, pero hoy se sienten secuestrados en sus propia comunidad.