— Cierran dependencias de gobierno por temor al vandalismo
— Estuvieron en la diligencia de vinculación a proceso
Javier Trujillo
Acapulco, Gro.- En Acapulco desde temprano la psicosis se apoderó de empleados, ciudadanos y autoridades quienes desalojaron oficinas antes de las 10 horas, por la llegada normalistas de Ayotzinapa a bordo de 10 autobuses.
Tras casi ocho horas en la audiencia al interior de las instalaciones del Poder Judicial Federal, se informó que los dos uniformados no quedaron vinculados a proceso pues sus representantes legales solicitaron la ampliación del término de 72 a 144 horas.
En las diferentes plataformas sociales de Facebook y grupos de WhatsApp, le iban dando seguimiento a la caravana de estudiantes que el pasado martes incendiaron instalaciones de la Fiscalía General del Estado.
“Ya llegaron a la caseta de La Venta”, “Entraron por el viaducto de Metlapil”, “Ya están en la zona Diamante”, “Eviten circular por la zona, son unas bestias salvajes”, mencionaron en distintos grupos.
Aproximadamente a las 09:30 horas los empleados de delegaciones federales, así como empleados municipales y del estado del Palacio Federal fueron desalojados, por temor a que vandalizaran la sede.
Además se informó que en la fiscalía regional de Acapulco, se tomaron las medidas de seguridad ante la posibilidad de que sufrieran ataques como los ocurridos en la FGE en Chilpancingo.
En tanto, a bordo de los autobuses de la empresa Estrella de Oro y con una leyenda en el parabrisas que decía “Ayotzinapa”, el grupo de estudiantes embozados en su mayoría bajaron de las unidades y enfilaron hacia las instalaciones del Poder Judicial de la Federación.
Casi en seguida el sacerdote y director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, Filiberto Vázquez, se identificó, junto a él iba Lilia Vianey Reyes, madre del normalista asesinado Yanqui Gómez Peralta.
-Nosotros somos los defensores, dijo el párroco.
-¿Ya entró la defensa? preguntó a lo que le respondieron positivamente
-¿Usted viene como asesor de ellos? se le cuestionó
-Si, yo soy el padre Filiberto Vázquez, respondió.
-Quien es la mamá, preguntó el empleado del PJF
-Lilia Vianey, mi nombre es reservado añadió la madre de Yanqui Gómez Peralta, en seguida el párroco reprocha “es qué están los medios aquí’, dijo en seguida ordenó ‘jóvenes por favor, vienen para que estén resguardando a la señora, están grabando video y los comunicadores fueron retirados con un cerco de unos 20 normalistas quienes iban embozados.
Más tarde, iniciaron los cánticos, lanzaron consignas y dieron lectura a un documento, no sin antes criticar a los medios que calificaron de amarillistas por haber publicado que el normalista Yanqui Gómez Peralta aquella madrugada del 7 de marzo iba alcoholizado, drogado, y que supuestamente disparó.
“Como es posible que este gobierno morenista que prometía una cuarta transformación, haya sido culpable y testigo de estos hechos (el ataque y muerte de un estudiante) provocados por la policía estatal.
“Es esta misma policía encargada supuestamente de velar por los derechos de todos ciudadanos, pero es la misma encargada de sembrar evidencias para culpar a estudiantes”, reclamó.
Fue casi a las 17 horas cuando el sacerdote Filiberto Vázquez y Lilia Vianey, salieron para expresar que tras las renuncias del secretario general de gobierno Ludwig Marcial Reynoso Nuñez, del secretario de seguridad pública Rolando Solano Rivera, y exigencia de sacar a la fiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón, pidieron que no sean militares los nuevos funcionarios que lleguen a los cargos.