Los alumnos son niños indígenas y migrantes que preservan la lengua materna
Yasmín García
Fotografía cortesía Oscar Guerrero
A unas cinco cuadras de palacio de gobierno, sobre un terreno cercado con maya ciclónica, se encuentran tres aulas de lámina y paredes ecológicas que fueron donadas por una asociación, no hay una barda perimetral para salvaguardar la integridad de los alumnos y los pocos objetos de la dirección que consta de unos metros ya una de las aulas tuvo que ser dividida para construir los baños.
Los 98 niños y niñas que cursan su educación primaria carecen de infraestructura física educativa, en el recreo buscan en donde comer la comida que su mamá puso en su lonchera, buscan la sombra de un árbol, o de una de las dos aulas que afortunadamente fueron construidas de concreto por sus padres de familia y donaciones de organizaciones.
Los días lunes a las 8:00 de la mañana el alumnado se concentra en el patio de la escuela para realizar el homenaje bajo los rayos incesantes del sol, en ocasiones ha llegado a suspender por que el sol pega fuerte.
La Primaria Intercultural Bilingue Conetcalli se fundó en el 2012, en un terreno que la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) consiguió prestado en la colonia Las Torres, después los padres de familia asi como los docentes lograron la donación del terreno por parte del gobierno municipal, en la administración del ex alcalde Marco Antonio Leyva Mena.
Conetcalli es nahualt, significa casa de niño, se enseñan cuatro lenguas maternas; náhualt, mixteco, zapoteco y amuzgo, además del inglés, el objetivo es preservar las lenguas maternas.
A esta escuela intercultural bilingüe asisten niños indígenas y migrantes, asentados en las colonias de la periferia de la ciudad capital, la mayoría es hablante de las lenguas maternas, además de que son niños de bajos recursos económicos, sus padres emigraron a la capital en busca de trabajo, ante la falta de empleo y educación en sus comunidades.
A los niños y niñas desde el primer grado les enseñan el himno nacional en náhuatl, mixteco, zapoteco y amuzgo, el juramento a la bandera y el himno a Guerrero, además de que imparten la materia.
Onorina Grandeño García, directora y maestra frente a grupo, lamentó que a pesar de ser una escuela que aglomera a niños indígena y migrantes, tengan carencias como la falta de aulas, una barda, una cancha de usos múltiples, o simplemente la puerta de la institución.
“Aquí llegan niños migrantes que son asentados, de pueblos originarios de las diferentes regiones del estado llegan aquí y una vez nos decían, pero es que aquí en Chilpancingo no hay indígenas le conteste si si hay y muchos, nosotros tenemos el proyecto de seguir preservando nuestras raíces eso nos identifica nuestra cultura nosotros le enseñamos a nuestros niños a preservar nuestras raíces lo que nos identifica como guerrerenses”, argumento con gran entusiasmo.
Conetcalli también alberga a hijos de empleados de gobierno que laboran en el palacio debido a la cercanía con la escuela.
Todos los años la escuela es invitada a participar en actos cívicos en palacio de gobierno, en el ayuntamiento o de alguna autoridad por cantar el himno en diferentes lenguas maternas, sin embargo, ese apoyo no se ve retribuido por partes de las autoridades.
Onorina Garduño lamento que las autoridades educativas en Guerrero no volteen a ver a la escuela a pesar de que está ubicada en la capital y a unos diez minutos a pie del recinto del poder legislativo.
Hace meses atrás trataron robarse el tinaco de los baños, no pudieron despegarlo de su base de concreto, así que los amantes de lo ajeno optaron por darle un machetazo, ahora el tinaco de 3 mil litros solo acumula agua un poco menos de la mitad para evitar que el vital líquido se derrame.
La directora junto a los maestros y padres de familia seguirán pidiendo a las autoridades que hagan su trabajo, y cooperándose para tratar de comprar una puerta, unas láminas de cartón y una que otra butaca para sus hijos bilingües.