— Marchan a once años del asesinato de sus compañeros, Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús
— Intentan despojar de su cámara a reportero
— Queman documentos, destruyen mobiliario, equipo de cómputo y lanzan petardos
Jesús Dorantes /
Rosario García /
Héctor Camacho
A golpe de pico y mazo, estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa perforaron el muro que resguarda la sede estatal del PRD, donde nuevamente destruyeron puertas, ventanas, material de oficina, equipo de cómputo, lanzaron petardos y quemaron documentación oficial.
Pasado el mediodía de este lunes, integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) iniciaron una marcha convocada para recordar el desalojo registrado el mediodía del 12 de diciembre de 2011, en la Autopista del Sol.
El contingente integrado por unos 600 estudiantes de diferentes partes del país comenzó a caminar sobre la avenida de los Insurgentes, con dirección a la entrada sur de la ciudad.
Avanzaron sobre Benito Juárez; Ignacio Ramírez y Miguel Alemán, con la intención de ubicar el edificio marcado con el número 80, donde se encuentra la sede estatal del PRD.
De primera instancia realizaron pintas sobre las paredes, donde se encontraba un mural alusivo a los comicios presidenciales de 1988, cuando se generó la “caída del sistema” en agravio de Cuauhtémoc Cárdenas y el Frente Democrático Nacional (FDN).
Con pintura de aerosol cubrieron los rostros de Cuauhtémoc Cárdenas; Heberto Castillo y de Rosario Ibarra de Piedra, rayando consignas como “Gabriel y Alexis Viven”, “12 de diciembre no se olvida” y también evocando la memoria de los 43 desaparecidos del 26 de septiembre de 2014.
Al principio no encontraban manera de ingresar al inmueble para destrozarlo, como ha sucedido en otros años.
Sin embargo, utilizaron dos picos y un mazo para buscar un punto débil en el muro que resguarda al edificio, maniobra que les llevó por lo menos 30 minutos.
Mientras arremetían con picos contra la pared, los normalistas utilizaron las mantas que utilizaban en la marcha para cubrir la actividad, lo que impidió a los medios de comunicación tomar las imágenes de lo que sucedía.
Cuando el reportero gráfico Dassaev Téllez trató de captar el momento buscando una parte alta, fue increpado por un grupo de estudiantes, que a gritos y con insultos le exigían que les entregara su cámara.
Téllez Adame, reportero de varios medios, entre ellos el semanario Interacción, fue apoyado por sus compañeros y se negó a proporcionar su equipo de trabajo.
Aunque hubo un momento de tensión, al final, un integrante de la sociedad de alumnos intervino para tratar de superar la discrepancia.
Mientras se generaba el diferendo los picos nunca dejaron de impactar la pared, hasta que lograron abrir un boquete por el que un grupo de la avanzada se introdujo.
Los comunicadores solo pudieron escuchar el estruendo de petardos, los ventanales siendo destrozados y los muebles cediendo ante la acometida de los jóvenes.
Al final sacaron algunos documentos que colocaron sobre la puerta principal, que nunca pudieron abrir y le prendieron fuego para después retirarse.
Cuando los jóvenes se alejaron, un grupo de bomberos llegó para sofocar el fuego que prevalecía en la entrada principal y se introdujeron para hacer una primera evaluación de los daños.