– Hay por lo menos mil 300 cadáveres sin identificar en diferentes instalaciones del Semefo
Jesús Dorantes
Chilpancingo, Gro.- En el estado de Guerrero existen por lo menos mil 300 muertos que este año no recibieron ofrenda ni las fotografías de sus rostros fueron colocadas en altares, porque sus cuerpos permanecen como desconocidos, en alguna instalación del Servicio Médico Forense (SEMEFO).
En la entidad se tienen casos emblemáticos, como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014, fecha en la que iniciaron búsquedas en fosas clandestinas en diferentes regiones de la entidad, que destaparon una realidad qué se había convertido en un secreto a voces por varios años.
Hace cinco años en las instalaciones del congreso local, Ina Zoon coordinadora de Proyectos de Justicia Penal para América Latina, de la organización Open Society Justice Initiative calificó al estado como “Fosalandia”, terminó que aseguró, era usado en distintos puntos de Europa por la cifra de 20 mil muertos registrados de 2005 al 2015.
En la actualidad, debido a los hallazgos en fosas, las disputas territorial entre grupos del crimen organizado, asó como accidentes, las instalaciones del SEMEFO en los municipios de Iguala, Acapulco y Chilpancingo se encuentran al límite de su capacidad, contando con una cifra de 660 cuerpos en las cámaras frigoríficas que durante la jornada del 2 de Noviembre del 2021 no recibieron ningún tipo de ofrenda como es tradición en todo el país.
Misma suerte corren los 166 cuerpos que se encuentran en la osteoteca ubicada en el municipio de Chilpancingo y los 497 muertos en el Cementerio Estatal Forense que ya tienen u carpeta de identificación para poder cotejar los datos genéticos con sus familiares, que en varios casos continúan en la búsqueda de su paradero y con la esperanza de encontrarlos con vida.
Cómo en caso de Margarito Ramírez, padre de Carlos Iván Ramírez, uno de los estudiantes desaparecidos en Iguala de la independencia y que durante su intervención en el séptimo Aniversario de los hechos del 26 de septiembre, aseguró que algunos cuentan con la dicha de por lo menos saber dónde quedaron sus hijos y tener un lugar donde llorarles y llevarles una flor.
Muchas familias no localizan aún a sus seres queridos, mientras la lista de cadáveres no reclamados crece en alguna de las instalaciones del forense.