Hoteles y condominios de Acapulco no contaban con refugios, a pesar de contingencias naturales anteriores

— No se aprendieron las lecciones que representaron el huracán Paulina, en 1997 ni las tormentas Ingrid y Manuel en 2013
— Se debe replantear el uso de espectaculares, por riesgo que representan

Jesús Dorantes

Chilpancingo, Gro.- Las lecciones que representaron el Huracán Paulina, en octubre de 1997, así como las tormentas tropicales “Ingrid” y “Manuel”, en septiembre de 2013, no fueron tomadas en cuenta para que hoteles y condominios consideraran la creación de refugios donde se resguardaran a sus ocupantes, lamentó el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Guerrero, Carlos Francisco Sevilla Rodríguez.

Para el dirigente de la CMIC en la entidad, el proceso de reconstrucción que se va a desarrollar en el puerto, debería ser la oportunidad para generar ese tipo de espacios, que son fundamentales para mantener a salvo la integridad de las personas en caso de desastres naturales, como el que generó el huracán “Otis”.

Luego de que se cumpliera la primera semana de que Otis devastará el puerto de Acapulco y causará afectaciones en por lo menos el 80 % del sector hotelero, Sevilla Rodríguez destacó que es una realidad, que ningún hotel cuenta con un refugio, pese a la cantidad de personas que cotidianamente reciben.

“Yo creo que sobre todo, los hoteles y los edificios que tienen muchos condóminos deben de tener un refugio para este tipo de casos, donde no hubiera ningún tipo de cristal”, aseveró en un primer momento.

Destacó además, que se deben elaborar con materiales como concreto o tabique, con los que estaban construidas las estructuras que no sufrieron daños.

Sevilla hizo referencia a que las autoridades municipales deben de modificar los reglamentos de construcción actuales, si se quiere aminorar los daños en fenómenos posteriores.

“Tenemos que cambiar el reglamento de construcción, no podemos seguir construyendo igual, ocupando otro tipo de materiales para que no nos vuelva a suceder esto, o que los daños sean menores”.

En el caso de los espectaculares detalló que se tiene que valorar la reducción de espectaculares y regular sus tamaños, ya que durante el huracán se convirtieron en un peligro al caer, incluso se puede señalar que causaron más daños.

Desde el primer día del fenómeno natural las estructuras metálicas que sostenían grandes letreros de supermercados y tiendas departamentales sucumbieron ante las ráfagas de viento, aplastando todo lo que se encontraba a su paso y también impactando como proyectiles a las casas y edificios.

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