El voceador, oficio que resiste en la era digital

— Dolores Romero Tapia, «La Güera» tiene 14 años vendiendo periódicos en Chilpancingo
— De 65 años, relata que ha sufrido amenazas y tenido que acudir a terapia, por la crudeza de algunas informaciones

Yasmín García Chino
Fotografía Cortesía de Oscar Guerrero

Los voceadores se levantan mucho antes de las 5 de la mañana, deben de recoger y empaginar los pocos periódicos que todavía circulan en versión impresa para venderlo en las calles.

Muchos ya tienen puntos de venta ubicados en algún crucero, plazoleta o semáforo de la ciudad, donde procuran estar por muy tarde a las 06:15 horas, porque es el momento en que sus consumidores, esos que a fuerza de compra y venta se han convertido en parte de su vida cotidiana.

Se trata de un oficio que lucha, resiste y se aferra en una agonía que avanza aceleradamente con la desaparición de los periódicos impresos, que aceleradamente son devorados por la era digital.

Dolores Romero Tapia tiene 14 años siendo voceadora junto a su esposo Mario Mier León, ellos diariamente toman rutas diferentes en la ciudad para ampliar su posibilidad de venta.

El señor Mario inicia en el barrio de San Mateo, avanza hasta llegar a la colonia Viguri, ubicada en la parte oriente de la ciudad.

Doña Dolores tiene su punto de venta en el zócalo, frente a zona de sucursales bancarias, ya se ha convertido en uno de los personajes que forman parte de la composición humana que viste a la histórica plaza Primer Congreso de Anáhuac.

Ese punto de venta es un lugar muy codiciado entre sus compañeros, por lo obvio que representa estar cerca de instituciones financieras, además de la antigua sede del Poder Judicial, el Ayuntamiento de Chilpancingo y Palacio de la Cultura.

En 2017 ella fue hostigada y amenazada por trabajadores de gobernación municipal, asegura que fue en la administración de Marco Antonio Leyva Mena, porque al parecer había el interés de colocar en dicho espacio a otros compañeros.

Asegura que fue una etapa en la que incluso llegó a temer por su vida.

Causa sorpresa saber que un pequeño espacio, carente de cualquier tipo de resguardo ante el sol o la lluvia, fuera envidado a grado tal de llegar a poner en riesgo la existencia misma.

“Era un trabajador de Gobernación que me seguía a todos lados, cuando llegaba al lugar, él ya me estaba esperando y me gritaba, me insultaba, después investigue, así como le hacen los reporteros y me enteré que mis propios compañeros le pidieron que me ahuyentara, con la intención de que algún otro se quedará con mi punto de venta”, relató.

El agente de gobernación dejó de hostigarla porque ella habló con su jefe inmediato, le hizo ver lo que estaba pasando y lo importante que era mantenerse en el lugar, desde ese entonces nadie la volvió a molestar.

Dolores recuerda que si bien la vida no ha sido nunca fácil, hubo tiempos en que la materia prima no escaseaba tanto.

Del 2014 al 2016 llegaba a vender diariamente 80 ejemplares de La Jornada; 70 de El Sur y 60 revistas Proceso.

Sus compradores se llevaban por lo menos 40 Vértices y otros tantos del Diario de Guerrero.

Eran tiempos de mucha concurrencia en la plaza central, por el plantón que instalaron maestros de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), a partir de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, además del movimiento que generó el rechazo a la Reforma Educativa impulsada por el entonces presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

Lamentó que medios de comunicación que tuvieron sus tiempo de gloria hayan desaparecido, como Novedades Acapulco y La Tarde, porque hasta el momento, algunas personas todavía preguntan por ellos.

“La Güera”, como es conocida esta mujer de mirada profunda y nostálgica, se pierde unos instantes en los recuerdos y comenta que añora esas ventas.

Lo que para unos es tragedia

En su estimación personal, refiere que la venta de periódicos ha disminuido hasta en un 60 porciento, repunta cuando en las portadas de los periódicos hay cuerpos descuartizados, o algún político es asesinado.

La vida es así, la noticia derivada de muertes de alto impacto permite que doña dolores termine de vender temprano.

Comenta que apenas en el mes de julio, los medios impresos que sobreviven se terminaban por muy tarde a las diez de la mañana, por el interés que despertaron las reacciones políticas, sociales y religiosas, que se desataron tras la difusión del video en que aparece la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez con el presunto líder del grupo de Los Ardillos.

“Esos días se vendieron muy bien, buscaban más las declaraciones del obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, también buscan las notas de muertos», relató.

Los voceadores no son personas totalmente pragmáticas, los buenos corazones son afectados por la crudeza de la información que representa su materia prima.

En este caso, “La Güera” tuvo que acudir a un templo espiritual para poder asimilar las notas periodísticas que se publican en los diferentes medios de comunicación.

Explica: “Antes, cuando veía notas de muertos lloraba, me dolía el corazón, sentía feo, me tuve que curar en un centro espiritual y sí, eso me ayudó mucho”.

Por día, en esta actividad se tiene una ganancia de entre 100 a 150, dinero que Dolores tiene que administrar para reinvertir en la compra de periódico, garantizar su alimentación y ahorrar para sus medicinas cuando se enferma.

“A mis 65 años ya me canso, me enfermó y nadie me ayuda, por eso debo de juntar un dinero, separarlo y tenerlo para comprar mis medicinas”.

Pese a las limitaciones que enfrenta, ser voceadora es un orgullo, Dolores no piensa retirarse hasta que tenga fuerzas para trabajar y mantener a la sociedad informada.

Ella confía en que las personas no dejen de leer los periódicos impresos, porque ellos representan el sustento para muchas familias en Chilpancingo.

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