— Acusan que el INM no brinda garantías mínimas a víctimas
— Prenden cirios, rezan y clausuran
Javier Trujillo
Acapulco, Gro. – Un grupo de normalistas de Ayotzinapa, y comités eclesiástico de base, realizaron una oración, y prendieron cirios, por la muerte de 39 migrantes en Chihuahua, y clausuraron simbólicamente la delegación del Instituto Nacional de Migración en Acapulco.
El pasado 27 de marzo, en un albergue para migrantes, ubicado en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, murieron 39 migrantes y resultaron 29 más con quemaduras de distinta gravedad, al filo de las 21:30 horas.
Este jueves, a bordo de un autobús arribaron a las oficinas de la delegación regional del INM, normalistas y religiosos, para manifestarse, y todos los trabajadores fueron evacuados de la sede.
«Venimos para manifestarnos por una serie de omisiones de las autoridades encargadas del espacio y rutas de evacuación para atender este tipo de siniestro.
«Las autoridades continúan utilizando términos como alojamiento o albergues, para referirse a la privación arbitraria de las libertades de los migrantes en las estancias migratorias», criticó.
En seguida se colocaron sellos de clausura y demandaron la destitución del titular del INM Francisco Garduño Yañez, y clamaron justicia por las víctimas que
«Migrar no es un delito», «No fue el fuego, fue el Estado» fue una cartulina con la que posó el sacerdote José Filiberto Velázquez, quién oficio una breve misa.
Otras cartulinas decían «El INM mata», y «Cierre total de Centros de detención migratoria», y «Las estaciones migratorias no son albergues, son cárceles» se podía leer en las cartulinas que pegaron en las oficinas del INM en el puerto.
Incluso el clérigo, crítico que no existen las garantías mínimas para que puedan estar albergados de una manera humana, por lo que es una omisión del Instituto Nacional de Migración.
Dijo que es preocupante, dónde tienen a los migrantes que los meten en jaulas, la militarización en las fronteras y la falta de protocolos, acuso el párroco Jose Filiberto Velázquez Florencio, director general del Centro de derechos de víctimas de violencia «Minerva Bello».