– La FGE los puso a disposición de la “autoridad competente”, pero nunca los fueron a recoger
Rogelio Agustín
Tres tigres que fueron asegurados a partir de una operación conjunta entre personal de la Fiscalía General del Estado (FGE), Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, murieron dentro de la jaula en que permanecieron abandonados durante varios días en la cabecera municipal de Quechultenango.
La jornada del viernes, usuarios de redes sociales, radicados en Quechultenango colgaron en facebook una imagen en la que se observan los tres tigres de bengala tirados dentro de una jaula estrecha, con estructuras clavadas al piso y recipientes sin agua ni alimentos.
La especulación en torno a la imagen se generó de inmediato, pues muchos internautas señalaban la posibilidad de que se tratara de un montaje.
Para la mañana de este sábado, se consiguió la comunicación con habitantes de la cabecera de Quechultenango, quienes confirmaron la veracidad de la imagen y junto con ello, la versión de que los tigres asegurados habían muerto.
La jornada del 15 de febrero, elementos de la Policía Ministerial, resguardados con personal de la GN y del Ejército Mexicano realizaron un operativo que en realidad comenzó desde cuatro días antes, en una incursión que se generó avanzando por la zona rural de Chilapa.
En la calle Libertad, los cuerpos de seguridad reportaron el aseguramiento de 28 kilos de marihuana, 11 vehiculos y una motocicleta con reporte de robo, los tres tigres de bengala y un arma de uso exclusivo.
Además, se reportaron resultados en la comunidad de Tlanicuilulco, donde fueron asegurados siete vehículos, se localizó un terreno habilitado como deshuesadero y se aseguraron cinco casas, entre otras cosas a las que se les pusieron los sellos de asegurado.
Las autoridades no pudieron sacar de Quechultenango ni de Tlanicuilulco los objetos ni animales asegurados, porque el 16 de febrero decenas de habitantes les cerraron el paso y los retuvieron por espacio de seis horas, de tal suerte que los liberaron hasta que aceptaron firmar de una minuta de acuerdos, en la que se comprometieron a solo realizar operaciones acompañados de la Policía Preventiva Municipal y las guardias comunitarias.
En el penúltimo párrafo del comunicado emitido la noche del 17 de febrero, 24 horas después de la retención, la FGE dio a conocer que “los tres ejemplares de tigre quedaron a disposición de la autoridad competente”, que podía ser la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) o la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
“Nunca los vinieron a traer, cerraron todo, le pusieron sellos de embargado y nunca vinieron a recoger nada, nadie alimentó a los animales y al final se murieron de hambre”, dijo un vecino de Quechultenango, que solicitó el beneficio del anonimato.