Chautipan vive el primer sepelio colectivo de su historia

— Se alistan para sepultar a los 11 comerciantes localizados sin vida
— Piden que los seis restantes sean liberados con vida, para que el operativo militar y policiaco genere resultados
— «Eran los más honestos del pueblo», dice el comisario y reprocha el uso de la violencia extrema en contra de mujeres y niños

Rogelio Agustín

Los habitantes de Chautipan se alista para realizar el primer sepelio colectivo de su historia, once habitantes que los días 21 y 22 de octubre salieron para vender trastes en la zona rural de Chilapa, de donde ya no regresaron con vida.

Los 11 féretros que la mañana del viernes salieron del Servicio Médico Forense (SEMEFO) de Chilpancingo fueron velados en dos domicilios ubicados en la primera entrada, a escasos 200 metros de distancia.

Es la primera ocasión en que Chautipan, comunidad cuyo nombre es relacionado con la abundancia de agua, enfrenta un sepelio colectivo con todas las agravantes que ello implica.

«Los hombres y las mujeres que hoy tenemos aquí, en caja, eran de lo más honesto que había en el pueblo, se dedicaban a trabajar», dice el comisario de la localidad, con el rostro cubierto con una cachucha y un cubrebocas.

Reprocha la violencia extrema que se utilizó contra sus vecinos, que al mismo tiempo son sus familiares, porque en esta localidad de la Sierra de Chilpancingo casi todos se encuentran emparentados.

Nunca antes se habían enfrentado a un momento tan crítico y violento, ya que de golpe les fueron arrebatada dos mujeres son madre e hija, ambas jefas de sus respectivas familias.

Les quitaron a cuatro menores edad y cinco varones adultos, todos con fuertes vínculos familiares.

En el pueblo existe una consternación sin precedente, derivado de que al acudir al Servicio Médico Forense (SEMEFO) confirmaron que todos fueron decapitados y desmembrados, antes se les golpeó y en algunos casos se les arrancó la piel del rostro.

Las madres, hermanas y esposas de los asesinados lloran.

Los representantes de la comunidad exigen que los seis desaparecidos que aún faltan sean localizados con vida, para que el operativo con más de 400 elementos del Ejército Mexicano arroje un resultado positivo.

El comisario considera que fue un error dar a conocer el operativo antes de que se les localizara, porque los delincuentes que operan en Chilapa lo tomaron como una provocación.

Prueba de que sus muertos eran inocentes, es que tenían más de diez años vendiendo trastes de aluminio en la zona rural de Chilapa y nunca tuvieron problemas con la gente de las comunidades en que ejercían la actividad comercial.

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