Ramón Loya Romero
Este año del 2024 en nuestra apabullada República Mexicana, tanto por fenómenos meteorológicos, cómo por la inseguridad, en una escalada de la violencia a lo largo y ancho del país, la política y su sistema de partidos (en decadencia todos) le abonan con creces.
Así, da inicio el proceso electoral para la renovación de la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión. Y en la antesala de éste magno evento, el Partido en el poder -MORENA- muestra su cara más obscura, nefasta, ruin y contradictoria a sus tan cacareados postulados, pilares estructurales de su invencible e impenetrable acorazada moral de su líder incorruptible.
En Guerrero, estado polvorín de las insurgencias, le dieron toda la pólvora a propios y a los opositores al hacer un real y burdo cochinero del proceso interno de selección de sus candidatos.
Han hecho lo peor de lo que tanto han criticado, atacado, juzgado y condenado de los demás institutos políticos.
No tan solo han otorgado la venia para reelegirse a aquell@s que no han realizado nada sobresaliente a favor de sus representados, todo lo contrario. También, les han dado permiso de corzo a quienes ni son ni han aportado jamás nada a favor de las luchas sociales, ni de MORENA ni de la izquierda histórica revolucionaria.
En medio de todo esto, se recrudecen las acciones y las reacciones de la delincuencia en contra de la clase trabajadora, paralizando la actividad socioeconómica de la entidad. Y cómo cereza del pastel, el asesinato de un joven normalista le viene a dar la atizada mayúscula al estallido social en la capital del estado.
Y quiénes deberían de estar preocupados y ocupados de buscar por todos los medios habidos y por haber, se encuentran de fiesta. Lejos de tomar con la seriedad que merece el grave problema, de hacer un alto, un impasse en su agenda electoral, para mostrar su respuesta y apoyo al pueblo de Guerrero, principalmente.
Solo demuestran su frivolidad y cinismo descarado, como viles nefastos y sinvergüenzas vividores de la política, de lo peor de la política.
Lo primero y urgente, es limpiar su cochinero en su proceso de selección de candidatos. Digo, si tienen o les queda un poco de dignidad y de materia encefálica, pues, así las cosas, van directo al despeñadero, al basurero de la historia. Ya las cabezas empiezan a rodar, y las que faltan…!
Es cuánto!