— El día de Reyes y el Día del Niño, destina una semana para intercambiar su trabajo
Dassaev Téllez Adame
Chilpancingo, 28 de abril. – Desde hace 6 años, Juan Antonio Reyes Islas, mejor conocido como ‘Compa Juan’, comenzó a intercambiar tatuajes por juguetes de buena calidad para regalar a los niños que trabajan en el mercado ‘Baltazar R. Leyva Mancilla’ de Chilpancingo.
Esto, lo hace dos veces al año, en Día de Reyes y en Día del Niño; «todo el recurso que junto de mis trabajos lo destino para esto, yo crecí en el mercado y conozco a todos esos niños trabajadores que maduran desde muy pequeños por trabajar, verlos sonreír es algo gratificante para mí”.
El Compa Juan, explica que durante una semana (en este caso para el día del Niño), intercambia su trabajo por juguetes y también para quien lo desee pagar en efectivo, el dinero lo guarda para comprar los juguetes, los cuales son destinados para los hijos de los trabajadores del mercado central de la capital del estado de Guerrero.
Recuerda que hace seis años que inicio como tatuador, en el mes de diciembre, ya realizaba sus primeros tatuajes, pero sin dedicarse de lleno a este oficio.
También le surgió la idea de cambiar juguetes por tatuajes, “me aviento como que, al ruedo, me trato de dar a conocer como tatuador y pues me gustó, me gustó y pues al tatuaje le debo mucho y con el regalar estos juguetes o regresar un poco es como que mi manera de compensar lo que me ha dado este arte”.
Solo uso el dinero de los dos primeros tatuajes de la semana para comprar el material que usare durante toda la semana, mientras que lo recaudado de todos los demás trabajos de la semana son destinados totalmente para los niños.
El Compa Juan, que está próximo a terminar su licenciatura en Psicología, dijo que el escoger a los niños se debe a un pensamiento propio que “quien cambia un niño o hace que un niño cambie su rumbo busca mejorar el futuro, no de ahora, sino de más adelante”.
Por lo que esta convicción lo mantiene firme en su labor altruista “tengo esa firme convicción e idea de que cambias a un niño y vas a cambiar su futuro, o sea los adultos ya estamos maleados a veces ya estamos decepcionados de la vida y pues de niños, es donde puedes corregir lo que se viene más adelante”.
Explica que escogió a los niños que trabajan en el mercado por que el creció ayudando a su familia que tiene un local en el área conocida como ‘el tianguis’ y que fue también donde aprendió a tatuar.
“Yo crecí en el mercado, mi papá tiene un negocio en el mercado en el tianguis y pues yo crecí ahora sí que es mi ambiente, mi cuna, por así decirlo y yo pues como crecía ahí y hasta la vez, por ejemplo, hace rato fui a desayunar al mercado, sigo viendo a los hijos de los trabajadores que se levantan desde temprano a vender chile, a vender ajo, a vender cebolla y pues nunca les compensan eso, están perdiendo su infancia, por eso como que yo tengo esa idea de ir al mercado a darles a esos niños”, explico.
También señalo que, en cierto modo, se vuelve selectivo al momento de regalar los juguetes, ya que identifica a los hijos de los que tienen una posición económica mejor en el mercado y que tienen la posibilidad de comprarle un juguete a su hijo.
Pero trata de no dejarlos de lado, pero si “les doy un juguete un poco más básico y los juguetes más costosos o más bonitos que llegó a tener se los doy a los niños que yo sé que son más sencillos”.
Recuerda que “en el mercado como en tal fecha (haciendo referencia a su niñez y el día del niño), pues venían y nos daban juguetes, nos compraban un pastel, etcétera”.
Lamentó que en la actualidad “es secreto a voces o ya no es un secreto que hay violencia, hay drogas, hay delincuencia en el mercado y pues la gente los niños que crecen se acostumbran a eso y yo quiero que se hagan otra idea distinta, muchas veces vemos niños muy pequeños, como de tres cuatro años, que ya los mandan a tirar a la basura, a vender este chiles, ajos y muchas veces uno como que dice, ay, qué bonito, qué madura esta niña, qué educada, qué orgullo y nos alegramos y le festejamos pero pues no es lo que debería de hacer un niño”.
Dijo que además de los juguetes, trata de acompañar su actividad con show de payasos o de lucha libre y les elabora un festejo un poco más elaborado, con pastel y refrescos.
Puntualizo que, como un plus de su iniciativa, procura que los juguetes que le lleven o compre no sean juguetes bélicos, “la única arma que regalo son pistolas de agua”, ya que busca que los niños no vean más violencia de la que ya se vive, para que jueguen “más con carritos, muñecos, muñecas y juguetes para bebés”.
Indico que la última vez repartió 140 juguetes y que le faltaron algunos niños, por lo que espera que este año pueda repartir un poco más.
El Compa Juan señala que se le han acercado diversas organizaciones, a las cuales les rechaza sus propuestas de apoyo, porque buscan condicionarlo de llevar los juguetes a ciertas colonias.
Además de que busca manejar una calidad de juguetes de no tan baja calidad como lo hacen muchas organizaciones políticas, “realmente yo ya tengo a quien va dirigida mi actividad y si no cubro lo que yo tengo en mente, pues no puedo dirigirme a otro lado… Así que tengo mis razones en ese aspecto y sí se me han acercado, pero me han ofrecido pelotitas y digo, o sea, 30 pelotas, pues yo las compro y así ya no me siento vendido”.
Por lo que prefiere mantener su actividad como lo ha venido haciendo desde hace 6 años.
El Compa Juan es reconocido por muchos por una seña que hace para sus fotografías, que es la de taparse la cara como lo hacen los luchadores enmascarados cuando se toman fotografías sin sus máscaras, “soy fanático de la lucha libre, un día se me ocurrió hacer mis fotos así y pues la banda me empezó a topar con esa seña”.