— Queman tres casas, cinco vehículos y golpean a seis pobladores
Rogelio Agustín
La incursión de un grupo de civiles armados en la comunidad de Coacoyulillo, en la Sierra de Chilpancingo dejó un saldo de seis personas golpeadas -entre ellas un adulto mayor-, tres casas quemadas y cinco vehículos calcinados.
Aunque elementos del Ejército Mexicano subieron a la localidad, los pobladores les impidieron el paso bajo el argumento de que no estuvieron cuando se les necesitaba y de que se les solicitó el auxilio correspondiente.
Los habitantes aseguran que los militares se negaron a ingresar al pueblo cuando se escuchaban las detonaciones de arma de fuego provocadas por la incursión, a pesar de que se encontraban cerca de la localidad.
De acuerdo con los habitantes, un grupo de civiles armados bajó de la parte alta, circulando por el camino que llega desde la comunidad de Jaleaca, también perteneciente a Chilpancingo.
El ingreso al pueblo comenzó alrededor de las 20:00 horas del jueves 25 de enero y terminó alrededor de las 02:00 del viernes 26.
En las casas ubicadas en la entrada de la comunidad se escucharon detonaciones de arma de fuego, los agresores se metieron a tres domicilios, donde realizaron el saqueo de pertenencias, golpearon a varios de los habitantes y posteriormente se retiraron.
Durante ese tiempo, los vecinos aseguran que buscaron el apoyo de un grupo de soldados que se encontraban en el lado opuesto de la incursión, pero a pesar de que alcanzaban a escuchar las detonaciones, les señalaron que no podían intervenir hasta que recibieran la orden de sus mandos superiores.
Para cuando los civiles armados se retiraron, los pobladores se reagruparon y acudieron a las casas allanadas, donde encontraron a seis de sus vecinos golpeados, entre ellos un adulto mayor.
Para el mediodía, los militares que se encontraban en la zona intentaron llegar a Coacoyulillo, sin embargo, los habitantes molestos por la falta de atención mostrada horas antes se los impidió.
Les pidieron que pasaran de largo y que siguieran hacia la parte alta de la Sierra, de dónde bajaron los agresores, ya que es ahí en donde se encontraban.
Aunque se abstuvieron de mencionar a qué grupo delictivo pertenecen sus perpetradores, dijeron que los conocen y que nunca habían tenido problemas, por lo que no entienden la razón por la que se generó el ataque de este 25 y 26 de enero.