Coparmex respalda el dialogo entre obispo y líderes del crimen organizado

  • El papel del religioso es llevar los valores a quienes viven en el pecado

 
 
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) respaldó el dialogo que el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza ha sostenido con integrantes de varios grupos del crimen organizado, ya que indicó, el jerarca religioso está en su papel de evangelizar a quienes viven en el pecado.
Adrián Alarcón Ríos, dirigente de la Coparmex sostuvo que desde su perspectiva, el obispo Rangel Mendoza está en el desempeño de su papel al buscar el contacto con los integrantes de organizaciones delictivas.
¿A quién va a evangelizar el obispo? Cuestionó de primera instancia el dirigente empresarial, para el mismo plantear la respuesta.
“No va buscar a las ovejas que están en el redil, debe buscar a las ovejas que están perdidas; a ellos tiene que verlos para llevarles consuelo, escucharlos y en su momento conminarlos a que hagan conciencia y rectifiquen su camino”.
Por eso insistió: “El señor obispo está en su función”.
A quien sí cuestionó, fue al presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Ramón Navarrete Magdaleno, por cuestionar el trabajo que realiza el líder religioso.
Aseguró que al parecer Navarrete Magdaleno busca asumir la titularidad de la Secretaría General de Gobierno, pues en lugar de manejarse como titular de un órgano autónomo, la tarde del lunes 27 de abril asumió la defensa a ultranza de la postura del gobierno estatal.
Sostuvo que hasta el momento, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa ha mostrado ser un hombre de buena fe, ya que sin ser guerrerense, ha demostrado que en realidad quiere ayudar a reinstalar la tranquilidad en el estado.
Indicó: “No debemos perder de vista el hecho de que la postura del obispo es misionera evangélica y consiste en llevar la palabra de Dios a quienes más la necesitan”.
Lo que necesitan de la atención del obispo, de acuerdo con Alarcón Ríos, no son los ciudadanos que están dentro de los principios y las buenas costumbres.
“Los que necesitan la palabra del obispo son los que delinquen, si platica con ellos pues está en su papel, porque esa es su función pastoral”, destacó.
Adrián Alarcón refirió que detrás de cada delincuente existen historias verdaderamente trágicas, pues vienen en su mayoría de familias desintegradas o fueron victimas de abuso físico cuando deberían recibir muestras de afecto y enseñanza de valores.

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