Zona rural de Chilapa; los otros desaparecidos

Rogelio Agustín/ Víctor Hugo Michel
 
Antes de la incursión del 9 de mayo en Chilapa, autoridades de 30 comunidades rurales reportaron la desaparición de 30 personas y reclamaron su presentación con vida.
Las víctimas son mayoritariamente hombres de diferentes edades que se dedicaban al trabajo en el campo, la elaboración de artesanías y durante el periodo de estiaje se alquilaban como albañiles, también hay un chofer de la ruta que lleva de la cabecera municipal hacia las comunidades.
Xiloxuchicán, es el pueblo en el que se reunieron padres, hermanos, esposas e hijos para hablar en nombre de los otros desaparecidos,
La relación
Xiloxuchicán.- Estreuberto Mendoza Sánchez es un invidente de 44 años, quien a pesar de la limitación visual era gestor comunitario. Lo desaparecieron el 9 de octubre de 2014 en la cabecera de Chilapa, cuando se dirigía a entregar una camioneta que le fue prestada para realizar trabajo comunitario.
San Angel
Tiene cuatro casos, el primero es Enrique Chino Rodríguez, de 30 años, campesino y albañil, Desapareció el 21 de noviembre cuando circulaba de la colonia Corral de Piedra hacia Atzacoaloya.
Feliciano Nava Chino, de 28 años, es campesino y trabajaba también en la elaboración de artesanías.
Juan Hernández tiene 40 años, es campesino y fue privado de la libertad en octubre de2014.
En Atenxoxola hay dos casos documentados; el señor
Tomás Cruceño de 62 años, un campesino al que un comando sacó de su casa la mañana del 9 de marzo.
Nicolás Tlanipateco Santos, de 27 años, agricultor que fue interceptado el 14 de mayo de 2014 entre Atzacoaloya y Chilapa.
En Ayahualulco está registrada la desaparición de Jairo Vázquez Bello, Ermix Vargas Bello, Suzano Abarca, Cleto Mendoza (regidor del Partido del Trabajo), Eufemio Barrios y René Abarca.
Juxtlahuaca es una comunidad perteneciente a Quechultenango que se incorpora a la lista con cuatro desaparecidos; son los hermanos Nicolás, René y Alberto Jiménez Jaimes.
Iban acompañados de su tío Angel Jiménez Hernández y se los llevaron del mercado de Chilapa en noviembre de 2014.
De Cuautenango son José Guadalupe Casarrubias Félix y Maximino Casarrubias Riqueño; dos albañiles que también fueron levantados en octubre de 2014.
Tlamixtlahuacán reporta el caso de Antonio Vázquez Castro, desaparecido el 19 de abril de 2015.
A diferencia de los otros casos, Antonio Vázquez viajaba de Chilpancingo hacia Chilapa.
En Vista Hermosa se tiene el reporte de Juan Carbajal Sánchez y uno más en Tlalixtlahuacán.
El golpe más numeroso que registran los comisarios quedó anotado el 21 de noviembre de 2014, cuando fue interceptada una urvan del servicio público en la ruta Chilapa el Jaguey, la detuvieron cuando salía de Chilapa con siete personas a bordo.
El chofer era Epifanio Santos Jerónimo, de 44 años, originario de El Jaguey, en la unidad iba un joven originario de Ciudad Altamirano, iba a visitar a su novia pero no llegó a su destino.
Del Jaguey también es originario Rogaciano Nava Ramírez de 24 años, fue levantado junto con su hermano Abel Nava cuando se dirigía hacia Hueycantenango el 20 de marzo.
Nabor Sotero Villanueva, de 24 años, es un agricultor que también fue privado de su libertad junto con Antonio Miranda Hernández en la entrada sur de Chilapa.
Liborio Tlanipateco Santos y Reginaldo Salmerón Sánchez, de Atenxoxola son dos sobrevivientes a un levantón que se registró el 28 de abril del presente año.
Ellos fueron interceptados cuando salían de su trabajo en la cabecera municipal y los llevaron a una casa de seguridad.
Durante cuatro días y cuatro noches permanecieron amarrados con las manos en la espalda y los ojos vendados.
Se los llevaron cuatro hombres jóvenes, les preguntaban si eran halcones de los ardillos y los amenazaban de muerte.
Reginaldo Salmerón recuerda que en la casa de seguridad había más personas detenidas, al menos una de ellas fue asesinada estando los demás presentes.
Cuando les dijeron que les “darían viada” no lo creyeron, sin embargo recuperaron su libertad y todavía muestran señales de las lesiones generadas por la golpiza.

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