De tomas de casetas y rebalones
Roberto Camps
Mucha polémica ha generado el reciente enfrentamiento en la caseta de Palo Planco, una vez más por los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
Las declaraciones de la presidenta municipal de Acapulco, Abelina Rodríguez la han colocado nuevamente en la mira de los medios nacionales, y recibe el escarnio en las redes sociales donde es tendencia, pero por su inmensa torpeza.
Si la señora construyó algún prestigio y aceptación como lideresa y gestora en varios años, en pocos meses ha demostrado que está muy por debajo de la expectativa al mal gobernar un municipio tan importante como Acapulco.
Y sí, cuesta tiempo y trabajo construir una imagen. Destruirla es más fácil, ella es el ejemplo.
La presidenta municipal nos ha avergonzado, con sus pleitos con los periodistas, su “explicación” de las causas de la violencia, y hace poco la inconsistente (por falsa) defensa de los estudiantes normalistas y la tesis que presentó para exculparlos del camión que soltaron para atropellar a los elementos de la Guardia Nacional y policía estatal.
En nada abonan a consolidar el Estado de Derecho que plantea la gobernadora Evelyn Salgado, es más, van en sentido contrario de lo que se debe hacer para procurar justicia.
Dijo la alcaldesa que no hay que investigar pues el trailer «iba solo».
Por supuesto que al trailer no se le puede investigar porque no es un ente humano, sino a quien o a quienes pusieron en punto muerto dicho transporte.
¿Se imagina usted de qué tamaño pudo ser la tragedia si el vehículo hubiera topado con algún objeto y desviado de manera intempestiva su trayectoria?
Si éste hubiera llegado hasta las pequeñas loncherías que estuvieron a unos metros de que los alcanzara la embestida de este trailer, cuántos muertos y heridos hoy estaríamos lamentando?
Y dice que así somos lo guerrerenses (quizá lo dijo de esa manera porque ella es oaxaqueña ). Una vez más se equivoca porque la gran mayoría de los guerrerenses anhelan la paz.
Algo bueno puede hacer la alcaldesa: contratar a un despacho de comunicación política que le dicte lo debe decir en sus apariciones públicas, para que represente con dignidad al municipio que gobierna. Y que ya no improvise ante los micrófonos y cámaras de televisión, para que ya no avergüence al partído político que abandera, y a los acapulqueños.
El ex gobernador Rogelio Ortega dijo que hay que ponerle especial cuidado a los normalistas para tenerlos en paz, ¿sabrá que la escuela de Ayotzinapa recibe un buen subsidio económico?
También hay diputados locales que se solidarizaron con los normalistas de manera convenenciera, y están en su derecho de hacerlo, pero con ello alientan la irracionalidad y la violencia, y se ponen a favor de la impunidad y el caos.
Y el organismo que más resbalones ha sufrido ante la recuperación de las casetas por parte de los cuerpos de seguridad, ha sido la CNDH, y con ello les ha dado motivos para defender su libertad de expresión y de movilización, que nadie discute. ¿Y los excesos en que incurren?, ¿y los derechos de terceros?, ¿y las leyes?, ¿y los ciudadanos que son afectados?
Cuando se impulsan cambios, aún cuando éstos sean para mejorar, siempre habrá alguien que no esté de acuerdo. Habrá que analizar las razones que tengan para ello.
Y por último, vale la pena preguntar: ¿qué sigue?