Rincón de Chautla, sigue el adiestramiento para mujeres y niños


Teme la CRAC-PF nuevas incursiones de Paz y Justicia
Van cuatro comunitarios asesinados en el mes de mayo, hasta el momento no hay detenciones
La mujer se protege del sol con una cachucha, el vestido verde destaca bajo un mandil color rosa, a medio cuerpo sostiene un rifle de bajo calibre mientras  vigila al grupo de niños que se alistan para continuar con su formación de policías comunitarios.
Aunque han recibido al menos tres visitas de funcionarios del gobierno del estado, además de reunirse con el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), Ramón Navarrete Magdaleno y tomado diferentes apoyos que se les han hecho llegar, los jefes de familia de Rincón de Chautla sostienen que no van a dejar de entrenar a sus mujeres y niños para defenderse.
Sobre esta comunidad habitada por indígenas nahuas, pesa la amenaza de que serán atacados por integrantes del grupo delictivo conocido como “Los Ardillos”, a los que relacionan directamente con otro nombre de supuestas guardias de civiles armados: “Comunitarios por la Paz y la Justicia”.   
Los niños ya conocen el estruendo que provoca la detonación de armas de grueso calibre, sus padres se refieren a ellos como sobrevivientes a un enfrentamiento suscitado la tarde del 27 de enero, cuando un al menos 15 camionetas repletas de hombres armados llegaron hasta la entrada del pueblo para atacarlos.
“Ese día solamente había un grupo de 30 policías comunitarios en el pueblo, eran como 200 sicarios y su jefe gritaba que venían a masacrarnos, intentaron romper la cadena de la entrada a balazos pero no le dieron, esa falla nos permitió organizarnos para la defensa”, relata David Sánchez Luna, coordinador de la CRAC-PF en la parte baja de la región Montaña.
Aunque se dispararon cientos de cartuchos, del lado de Rincón de Chautla solamente hubo un lesionado, murieron dos agresores y en el lugar dejaron seis camionetas.
Aunque el mismo día hubo un enfrentamiento más en el crucero de Paraíso Tepila, en el que murieron al menos 12 integrantes de Paz y Justicia, el coordinador Sánchez Luna refiere que carece de información sobre ese hecho.
“No sabemos quienes se enfrentaron ni cuantos murieron, nosotros siempre estuvimos en el pueblo porque nos amenazaron por radio y fue como nos enteramos que vendrían”, asegura.
El 27 de enero representa un parteaguas en la confrontación que Rincón de Chautla sostiene con Paz y Justicia, pero la tensión se acrecentó desde diciembre de 2018.
El 19 de diciembre, un grupo aproximado de 200 hombres armados, incorporados a Paz y Justicia llegaron al crucero de Paraís Tepila para instalar un retén, nadie podía pasar si no contaban con su consentimiento.
Una familia integrada por 12 personas intentó abandonar la zona, la mayoría eran niños que al pasar por Paraíso Tepila desaparecieron, la petición de que se les localice se ha dirigido incluso al presidente de la Republica, Andrés Manuel López Obrador, pero no hay ningún tipo de resultado.
Rincón de Chautla es un pueblo pequeño, tiene poco más de cien habitantes pero su policía comunitaria se ha fortalecido por la incorporación de 19 localidades más, tres del vecino municipio de José Joaquín de Herrera (Hueycantenango) y 16 de Chilapa.
 “Todos estamos cansados de las muertes que han provocado Los Rojos y los Ardillos, esta organización surgió con la intención de hacerles ver que no queremos estar sometidos a sus intereses, que no queremos estar en ninguno de sus bandos y que solamente queremos que nos dejen trabajar en el campo”, señala el comandante.
Las mujeres comunitarias
Aunque la participación de mujeres en la estructura de la Policía Comunitaria no es nueva, se tiene conocimiento de que han participado en otras regiones, principalmente en la Costa Chica en las labores de coordinación, impartición de justicia y seguimiento al proceso de reeducación de los infractores.
En Rincón de Chautla, después de un video en el que se observa a los niños realizando movimientos tácticos, al tiempo en que leen un mensaje contra los grupos delictivos que operan la zona, la reacción del Gobierno de la República, del estado y los organismos de derechos humanos fue de condenar la utilización de prácticas que vulneren los derechos de los niños.
Por esa razón, las madres de ellos, a quienes asumen como sobrevivientes del enfrentamiento del 27 de enero, decidieron empuñar los rifles de sus maridos y retomar el mensaje en el sentido de que no van a permitir más el asedio de los delincuentes.
En una visita realizada a la localidad, las mujeres retomaron los rifles y se mostraron ante los medios para ratificar su postura, que no van a permitir que los delincuentes ingresen al pueblo sin presentar resistencia. 
“Casi todas estamos en esto, nada más que ahorita a la mayoría les da miedito”, dice quien se asume como comandante de las mujeres, a la que se ofrece mantener grabar solamente la voz, pero que resuelta presenta el rostro descubierto.
“No importa que nos miren, de todos modos ya nos conocen”, anota.    
Otra joven que se encuentra al lado de la comandante, sostiene que desde diciembre de 2018 han vivido en la zozobra constante, pues para trasladarse a comprar mercancías a Chilapa es muy recurrente que los integrantes Paz y Justicia  les salgan en el camino.
“Como en sus amenazas dicen que van a matar a nuestros esposos y entrar en nuestras casas, pues en las casas estamos nosotras y nuestros niños, por eso hemos decidido que nos vamos a defender”.
El animo de defensa no se limita solo a Rincón de Chautla, se ha extendido hacia otros puntos y para estas alturas ya son 20 las comunidades en las que existen grupos de mujeres incorporadas a la comunitaria en labores de policía.
Aclaran que la incorporación es voluntaria, no se puede obligar a nadie porque eso implica el riesgo de generar discordia al seno de la organización y en el mediano plazo la imposición se puede traducir en rupturas.
Las jefas de familia sostienen que la difusión de los videos no fue producto de una ocurrencia, analizaron con detalle lo que podrían realizar para llamar la atención de las autoridades, situación que a final de cuentas dio resultados.
Otra mujer acepta platicar en el patio de su casa, también sostiene un rifle de bajo calibre cuando responde algunas preguntas: “Si no quieren que se levanten las mujeres y los niños, pues que vean por nosotros, que detengan a los delincuentes, porque si no lo hacen nosotros mismos nos vamos a levantar; nuestros compañeros están luchando para defender y lo que los delincuentes hacen no está bien”.
Culmina: “Que lo sepan, nosotros no nos vamos a dejar, ya no queremos que nos sigan secuestrando ni matando. De nosotros no se van a reír”.
¿Los niños?
A espaldas de la comandancia de la CRAC-PF, un grupo de menores se forma  para escuchar las indicaciones de quien ya es identificado como “comandante de los niños”.
El menor calza huaraches, algunos de sus compañeritos están descalzos y todos empuñan un palo que hace las veces de arma.
El que está al frente da indicaciones que ha memorizado a base de múltiples repeticiones, así se colocan en posición de firmes, levantan el palo habilitado como arma, descansan, presentan armas, las llevan al hombro y posteriormente rompen filas.
Los adultos observan la práctica con una expresión de satisfacción, sostienen que no les convence del todo llegar a dicho extremo, pero admiten que será peor que en una incursión de sus adversarios los niños no tengan la mínima preparación y al ser atacados entren en shock.
En mayo de 2019 son cuatro integrantes de la CRAC-PF que han sido asesinados en las inmediaciones de Chilapa, dos fueron sorprendidos cuando regresaban de realizar trámites para la obtención de fertilizante y dos más cuando se disponían a comprar víveres.
David Sánchez Luna tiene el reporte de un matrimonio secuestrado, por el que hasta el momento Paz y Justicia no ha pedido ningún tipo de rescate.
Aunque hay un grupo de militares vigilando  el crucero de Paraíso Tepila, los levantones prevalecen en las inmediaciones de Atzacoaloya y la cabecera municipal de Chilapa.
Por esa razón, el coordinador de la CRAC-PF sostiene que la capacitación para sus mujeres y niños resulta indispensable, porque sus adversarios siguen operando con normalidad.