Realizan marcha por la indignación, en Chilapa


Piden la captura de los líderes del crimen organizado
Activistas de diferentes organizaciones sociales, padres de los 43 y estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa realizaron en Chilapa la “marcha de la indignación”, para exigir la captura de los lideres del crimen organizado que se disputan el control de la Montaña baja de Guerrero.
Si bien la marcha se realizó de la cabecera municipal hacia las inmediaciones de Nejapa, en el punto en que fueron encontrados los cuerpos calcinados de Ranferi Hernández Acevedo, su esposa, suegra y chofer, el reclamo fue que se esclarezcan todos los asesinatos cometidos en contra de comerciantes, artesanos, campesinos y dirigentes sociales.
El contingente estuvo integrado por poco más de 500 personas, entre estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, padres de los 43, integrantes de la Unidad Popular (UP), del colectivo Siempre Vivos, del Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, además de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), entre otras agrupaciones.
El recorrido se prolongó aproximadamente por espacio de 5 kilómetros, comenzó en las inmediaciones de la glorieta de Eucaria Apreza y culminó en las inmediaciones de Nejapa, comunidad en la que fueron asesinados y calcinados Ranferi Hernández y su familia, la noche del sábado 14 de octubre.
De primera instancia, el profesor José Díaz Navarro, vocero del colectivo “Siempre vivos” manifestó que lo que actualmente sucede en lo que se conoce como “el corredor de la muerte” es responsabilidad de las omisiones cometidas por los tres niveles de gobierno.
Recordó que hace varios meses, dicho colectivo solicitó al Senado de la República que se emitiera una declaratoria de desastre humanitario, por la cantidad de secuestros, asesinatos dolosos y desapariciones que se tienen registradas, sin que se consiguiera la respuesta que necesitaban familiares y amigos de las víctimas.
Destacó que por tratarse de hechos vinculados al crimen organizado, destacó que la principal entidad responsable es la federación, por lo que solicitó que haya una mayor atención al problema que se enfrenta.
Lamentó que en el informe de gobierno del pasado 19 de octubre, no se mencionara el caso de Chilapa y en consecuencia, no se mandara un mensaje enérgico en el sentido de imponer el orden en la zona.
“Lo que prevalece en Chilapa es un caos, hay todo tipo de violaciones a los derechos humanos y queremos que se haga justicia”, anotó.
Queremos a las cabezas del crimen
Melitón Ortega Carlos, uno de los voceros del colectivo Nos faltan 43 reprochó el hecho de que aun con la presencia de personal de la Policía del Estado y del Ejército Mexicano, los crímenes no cesan, lo mismo en el tramo que va de Chilapa hacia Chilpancingo, como en la ruta que comunica con Tlapa.
“Nosotros creemos que esta violencia que prevalece es parte de una política de Estado, encaminada a generar terror entre la población, con la intención de mantener permanentemente atemorizada a la población”.
Soledad Hernández, hija del asesinado dirigente de la Unidad Popular de Iguala, Arturo Hernández Cardona, calificó como un fraude al hecho de que exista un organismo como el Grupo de Coordinación Guerrero (GCG) y la mayoría de los crímenes queden en la impunidad.
En el punto en que se encontraron los cadáveres calcinados de Ranferi y su familia, Soledad Hernández exigió la captura de los líderes del crimen que operan en Chilapa: “No queremos que presenten a cualquier individuo como responsable de este crimen, queremos las cabezas o cabecillas de estos grupos, todos sabemos a quienes nos referimos”.
Norma Mesino Mesino, a nombre de la OCSS sostuvo que los agresores de los Hernández intentaron borrar toda su historia como luchador social, pero en realidad, lo que consiguieron fue avivar al movimiento social.
“De estas cenizas van a salir muchas voces y muchos puños; porque no solo es Ranferi, Arturo, Raymundo, Armando y decenas de compañeros asesinados, torturados y desaparecidos”.
Agregó: “Esto que se cometió es una atrocidad y por eso no debemos bajar la voz, no debemos callarnos ante ninguna injusticia, unirnos para ir a donde tengamos para que los asesinos paguen y tengan su castigo, porque lo que le hicieron a Ranferi nos lo hicieron a todos”.
Recordó los casos de sus hermanos Miguel Angel y Rocío Mesino, asesinados en la región de la Costa Grande, quienes al igual que Ranferi se convirtieron en un referente para la movilización social.
Los militares estaban cerca
Manuel Olivares Hernández, director del Centro Morelos manifestó que a menos de un kilómetro del punto en que fueron calcinados los cuerpos de la familia Hernández había un puesto militar, sin embargo ellos no hicieron nada.
“No es posible que la presencia de tantos militares y tantos policías no detenga la violencia que nos azota todos los días”, reprochó.
Por esa razón, se sumó al reclamo de justicia y llamó a la población para demandar la presentación con vida de decenas de desaparecidos en la zona.