Aunque la capital de Guerrero enfrenta una crisis aguda en materia de seguridad pública que se agudizó en las últimas semanas, el alcalde de Chilpancingo Marco Antonio Leyva Mena refiere que será hasta septiembre cuando se tengan más patrullas y armamento para la capital de Guerrero.
El primer edil comentó que ante el saldo de más de 20 muertes dolosas registrado la semana pasada, el se reunió con su Consejo de Seguridad Pública Municipal, para efecto de tomar medidas emergentes en materia de prevención del delito.
Se acordaron algunas acciones coordinadas con elementos del Ejército Mexicano, la Policía del Estado y la Policía Federal (PF), para estar en condiciones de cerrarle el paso a los grupos de hombres armados que se enfrentaron durante las noches del lunes y martes de la semana en curso.
En los próximos días, dijo que habrá de ponerse en marcha la construcción de una Base de Operaciones Mixtas en la entrada norte de la ciudad, que será importante para restringir el acceso a la ciudad de personas relacionadas con actividades fuera de la ley.
A partir de la concurrencia de recursos que llegan vía gobierno estatal y federal, dijo que se espera contar con más patrullas y armamento en los meses de agosto y septiembre del presente año, aunque por la intensidad que tiene el problema, lo más conveniente es que los recursos se liberaran cuanto antes.
Explicó que la convocatoria para que haya aspirantes a la Policía Preventiva Municipal se mantiene abierta, sin embargo no se generan los ingresos en la proporción en que se requieren.
El primer edil de Chilpancingo sostuvo que son grupos del crimen organizado los que se están disputando la ciudad, por lo que existe claridad en la sociedad civil, en el sentido de que se tiene que cerrar filas con una estrategia común.
Insistió en el hecho de que la pugna por el control de la ciudad se debe fundamentalmente a la cercanía de la capital con la Sierra, que es la zona de mayor producción de amapola en todo la entidad.
Mientras la Sierra no reciba la atención integral que requiere, la población seguirá inmersa en los cultivos ilegales, lo que mantendrá la violencia como una constante.