*“El narcotráfico es un gran negocio, ni modo que los de Guerrero sean almas puras”
“Ni modo que los de Guerrero sean almas puras”, aseveró el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, al sugerir que ya existen acuerdos y hasta “repartición de dividendos” entre las autoridades de los tres niveles de gobierno con los grupos del crimen organizado.
En el centro de la capital de Guerrero, el jerarca de la iglesia católica reconoció que a título personal ha tenido varios diálogos con integrantes del crimen organizado, a los que aseguró, ha pedido que detengan las acciones violentas que recurrentemente generan conmoción social.
“Yo he tratado el diálogo con estas personas por el bien de la gente; les he dicho que por favor no secuestren, no asesinen y no maten por el bien de la gente, ellos me han dicho siempre: ‘nosotros somos narcotraficantes pero no somos sicarios’”, indicó Rangel Mendoza.
Esos comentarios, dijo que pueden confirmarse con lo que sucede en la parte oriental, occidental y sur del estado, en donde los niveles de violencia son menores a lo que se vive en la región Centro, Tierra Caliente y el puerto de Acapulco.
Luego, indicó que sus declaraciones podían adquirir una dimensión riesgosa, por la posibilidad de que haya acuerdos entre autoridades de los tres niveles con los líderes de organizaciones delictivas.
“Por debajo de la mesa ya hay arreglos; ellos ya se entienden pero públicamente no lo quieren decir; en el fondo hay cierta repartición de dividendos”.
Se le cuestionó sobre las razones de que la violencia prevalezca, si es que ya existen acuerdos entre autoridades y organizaciones criminales, ante lo que respondió: “La violencia sigue porque no la quieren aplacar, porque en realidad no la quieren controlar”.
Y sostuvo: “Eso del narco es un gran negocio a nivel nacional e internacional; ni modo que los (funcionarios) de Guerrero sean almas puras”.