El jerarca católico asegura que el secretario de Gobierno despacha desde un café
El secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame, acusó de soberbio, mentiroso y difamador al obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza.
El domingo 12 de mayo se difundió un video en el que niños de Rincón de Chautla, Chilapa, anunciaban su incorporación a la Policía Comunitaria para combatir de manera frontal a la delincuencia.
A media semana se difundió un segundo video, en el que las mujeres del pueblo anunciaron que tomarían las armas.
Este domingo, el obispo Salvador Rangel Mendoza criticó la actuación de Salazar Adame para atender ese conflicto.
«Sentado en la cabecera municipal, desde un escritorio… ¿cómo va a gobernar? El secretario general de Gobierno se la pasa sentado en un escritorio y tomando café en el centro. Así no se solucionan las cosas (…). Le falta más sensibilidad con los pueblos, sobre todo con los más necesitados. Todo el estado tiene broncas, tiene dificultades», declaró el prelado ante varios medios de comunicación.
Salazar Adame le respondió este lunes en una entrevista radiofónica. De entrada negó las acusaciones y señaló al obispo como un hombre soberbio y mentiroso.
«El obispo es sumamente protagónico. Le gusta convertir al púlpito en una tribuna política», aseveró el encargado de la política interna del estado.
Reconoció que pasa mucho tiempo en su oficina, pero aclaró que está «resolviendo problemas» que competen a su función.
Subrayó que en la Secretaría General de Gobierno cuenta con «colaboradores», quienes se encargan de atender de manera puntual los conflictos que ocurren en la geografía guerrerense.
En el caso específico de Rincón de Chautla, señaló que el subsecretario Martín Maldonado del Moral y la delegada de Gobierno en la región Centro, Norma Yolanda Armenta, han estado al pendiente desde el primer momento.
«Tengo una serie de funcionarios competentes, responsables (…). Estamos constantemente atendiendo, resolviendo, respaldando, auxiliando, atendiendo a las instrucciones del gobernador Héctor Astudillo», apuntó.
Salazar Adame también explicó que él gobernador visita constantemente las comunidades del estado y por ello, «alguien tiene que quedarse atendiendo» en la oficina.
«Eso me toca a mí (…). Frecuentemente estoy en mi oficina sábados y domingos, trabajamos de manera continua, son pocos los días de asueto que tenemos», precisó.
Subrayó que el obispo «es un líder espiritual» y por ello se espera que sea un hombre con «mesura, reflexión y prudencia».
Pero en cambio, dijo que Rangel Mendoza «con frecuencia ha transgredido las leyes de asociaciones religiosas».
«El obispo lo hace con frecuencia, incluso ha llegado a declarar que por encima de la ley del hombre está la ley de Dios (…). En el ámbito de la sociedad lo que prevalece es la Constitución, es la función del Estado, son las normas y (el obispo) quiere pasar por encima de ellas. El obispo debería de reconocer las palabras de Jesús: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Pero él quiere para Dios lo que es del César», expuso Florencio Salazar Adame.
Por ello, dijo que en su función de secretario general de Gobierno ha presentado las denuncias correspondientes ante la Secretaría de Gobernación federal (Segob).
«Vivimos en un estado laico y no podemos admitir que ningún ministro religioso violente la normatividad establecida», argumentó.
El funcionario estatal comentó que antes de que hubiera este rompimiento entre él y el obispo, tuvo «una conversación muy larga con él».
Entre los temas que abordaron estuvo el acercamiento que el prelado tiene con los jefes de los grupos delictivos, en su afán de conciliar a los cárteles para que haya un pacto de paz.
Según Salazar Adame, en el encuentro le pidió al obispo que tuviera prudencia y le ofreció «información» que pudiera serle útil en sus recorridos por las zonas de conflicto.
«Él dijo que sí, que le parecía bien, que lo más correcto era que tuviéramos comunicación y que él actuaría con discreción. Pero a los dos días declaró que yo le quería poner un bozal. ¡Es absolutamente absurda su declaración!», reprochó el secretario general de Gobierno.
Al poco tiempo, el obispo declaró que Salazar Adame tenía un aparato para espiar sus conversaciones telefónicas.
En esa ocasión, el funcionario mandó una carta aclaratoria a los periódicos en la que negó la acusación e invitó al obispo a recorrer las oficinas de la Secretaría General de Gobierno, para que pudiera constatarlo por su cuenta.
Ante la falta de respuesta del obispo, dijo que le envió una carta pidiéndole una disculpa pública, ante las acusaciones «sin fundamentos» que hizo en los medios de comunicación.
«Él guardó silencio (…). Se supone que debe ser un pastor humilde, que debe reconocer sus errores, pero él está cargado de soberbia y miente y difama. Al fin y al cabo es humano», asestó Florencio Salazar Adame.
Por ello, hizo un llamado al obispo Salvador Rangel Mendoza «a que reflexione su comportamiento, que se dedique más a su labor pastoral, porque se le están saliendo muchos católicos de la Iglesia y eso es una realidad y es su tarea».
Respecto a la atención en la comunidad de Rincón de Chautla, el funcionario destacó la intervención inmediata del gobierno del estado y la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG).
Apuntó que el subsecretario de Gobierno, Martín Maldonado del Moral y el ombudsperson Ramón Navarrete Magdaleno acudieron a la comunidad al día siguiente de que se publicó el video de los niños comunitarios
Explicó que en primer lugar, convencieron a los padres de familia para que no involucraran a los niños en ese tipo de actividades.
Además, se han realizados dos jornadas médicas asistenciales y este lunes habría una intervención integral del DIF-Guerrero.