Los jóvenes cambiaron la ideología del Ché Guevara por la vida de excesos del sicario

Lamenta el ex jefe guerrillero, Jacobo Silva Nogales la situación actual de la juventud mexicana
Para Jacobo Silva Nogales, quien fuera conocido como el “Comandante Antonio”, del Ejército Popular Revolucionario (EPR), el modelo a seguir para miles de jóvenes en México cambió de manera radical en los últimos años; si antes se admiraban al guerrillero por ser una persona que llevaba la lucha social al extremo, ahora el modelo que siguen es el del sicario, por representar la vía rápida para acceder a dinero y comodidades en poco tiempo, aunque eso implique acortar las expectativas de vida.
En Chilpancingo, Silva Nogales sostiene que tomar parte de un movimiento armado que hizo pública su existencia tras la masacre de 17 campesinos en Aguas Blancas, en 1995, sostiene que pese a la situación que actualmente enfrenta el país, valió la pena.
Indicó que el surgimiento del EPR se estaba preparando desde hacía muchos años, pero fue la actuación del Estado en contra de los campesinos acribillados en Aguas Blancas lo que aceleró su presentación ante la opinión publica.
“Pudimos esperar otros años para esperar a tener más fuerza, pero ante la masacre dijimos que teníamos que hacer algo”, comentó a los reporteros que se le acercaron.
Reconoció que el EPR no tuvo la capacidad cultural del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para manejarse ante los medios de comunicación nacionales e internacionales, aunque las acciones que desplegaron le permitió tener una presencia importante en la opinión pública.
Respecto a la posibilidad que organizaciones como el EPR y el EZLN tenían para penetrar en el ánimo de la sociedad, dijo que ha variado de manera importantes desde la década de los noventas hasta los tiempos actuales.
En las zonas urbanas, dijo que es en donde se observa una pérdida de interés en la población juvenil respecto a los problemas sociales que se enfrentan, por el control que hay de los medios masivos de comunicación por parte del Estado, incluso hasta de las vías alternativas que representa el internet.
“La gente está perdiendo la identidad que tenía, está como homogenizándose; está agarrando un solo modelo que es el que impulsan los grupos de poder que integran al Estado y que no es más que el consumismo”, anotó.
Explicó: “Antes la gente no conocía la manera que se podía vivir en otros medios, pero ahora como son bombardeados por ese tipo de modelos impuestos, pues les urge encontrar la manera más fácil de vivir así; de tener tantas y tantas cosas, que todas sus inconformidades las dejan en un segundo plano”.
Para el ex guerrillero, el consumismo está matando a las ideologías.
Por lo efectivo que ha representado para el Estado la enajenación, es que en muchas escuelas se regalan computadoras portátiles o por lo menos tabletas.
De hecho, indicó que por eso se observa que a través de diferentes programas gubernamentales implican regalar televisores.
“En realidad no es que regalen algo, lo cierto es que (por cada televisor) están introduciendo uno de sus agentes en nuestras casas”.
Cambiaron al guerrillero por el sicario
 
En la delegación XVII del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), Silva Nogales asume que la figura del sicario en los tiempos actuales, desplazó a lo que representaba un guerrillero de la década de los setentas a los noventas.
“El sicario es, para miles de jóvenes el modelo a seguir; leí algunas estadísticas que nos ponen como ejemplo a Tijuana, en donde el 18 porciento de chamacos de secundaria querían ser sicarios, estaban esperando que llegara el momento en que se pudieran dedicar a eso”.
Continúa: “yo recuerdo que en los sesentas, setentas y ochentas el modelo que los jóvenes seguían era el Ché Guevara, pero ahora todo mundo quiere ser sicario porque ya le vendieron la idea de que lo que importa es disfrutar poquitos años pero bien; así tienen sexo, drogas, riquezas y todos los excesos posibles, aunque solamente vivan de dos a cinco años”.
Lo que prevalece en la actualidad, de acuerdo con Silva Nogales, es el individualismo.
Al término de diez años en la cárcel de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, dijo que para él representó un golpe anímico muy fuerte encontrarse con la situación actual, pues ¡ se topó con una gran apatía en sectores importantes de la juventud nacional.
Estableció una comparación: “Por ejemplo, en los CCHs, en los setentas y ochentas, el solo hecho de entrar ya era sinónimo de hacerse activista, entonces escuchaba uno la música latinoamericana que hace referencia a la lucha social; prevalecían el canto nuevo y la trova. Ahora lo que se escucha son los narcocorridos”.
Los jóvenes en os CCHs, dijo que ya no se reúnen para planear acciones o comentar los problemas actuales, las reuniones mayoritariamente se convocan para tomar alcohol.
Bajo dicha circunstancia, indicó que para superar la situación actual del país, se debe apostar nuevamente a la educación, ya que sin una revolución educativa no se podrá superar al narcotráfico y la vida supuestamente fácil como el modelo a seguir para los jóvenes.
El permitir que las cosas sigan en la dirección actual, solamente garantiza perder aún más el rumbo que se tiene como nación, lo que no le conviene a nadie.
Para Jacobo Silva Nogales, quien fuera conocido como el “Comandante Antonio”, del Ejército Popular Revolucionario (EPR), el modelo a seguir para miles de jóvenes en México cambió de manera radical en los últimos años; si antes se admiraban al guerrillero por ser una persona que llevaba la lucha social al extremo, ahora el modelo que siguen es el del sicario, por representar la vía rápida para acceder a dinero y comodidades en poco tiempo, aunque eso implique acortar las expectativas de vida.
En Chilpancingo, Silva Nogales sostiene que tomar parte de un movimiento armado que hizo pública su existencia tras la masacre de 17 campesinos en Aguas Blancas, en 1995, sostiene que pese a la situación que actualmente enfrenta el país, valió la pena.
Indicó que el surgimiento del EPR se estaba preparando desde hacía muchos años, pero fue la actuación del Estado en contra de los campesinos acribillados en Aguas Blancas lo que aceleró su presentación ante la opinión publica.
“Pudimos esperar otros años para esperar a tener más fuerza, pero ante la masacre dijimos que teníamos que hacer algo”, comentó a los reporteros que se le acercaron.
Reconoció que el EPR no tuvo la capacidad cultural del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para manejarse ante los medios de comunicación nacionales e internacionales, aunque las acciones que desplegaron le permitió tener una presencia importante en la opinión pública.
Respecto a la posibilidad que organizaciones como el EPR y el EZLN tenían para penetrar en el ánimo de la sociedad, dijo que ha variado de manera importantes desde la década de los noventas hasta los tiempos actuales.
En las zonas urbanas, dijo que es en donde se observa una pérdida de interés en la población juvenil respecto a los problemas sociales que se enfrentan, por el control que hay de los medios masivos de comunicación por parte del Estado, incluso hasta de las vías alternativas que representa el internet.
“La gente está perdiendo la identidad que tenía, está como homogenizándose; está agarrando un solo modelo que es el que impulsan los grupos de poder que integran al Estado y que no es más que el consumismo”, anotó.
Explicó: “Antes la gente no conocía la manera que se podía vivir en otros medios, pero ahora como son bombardeados por ese tipo de modelos impuestos, pues les urge encontrar la manera más fácil de vivir así; de tener tantas y tantas cosas, que todas sus inconformidades las dejan en un segundo plano”.
Para el ex guerrillero, el consumismo está matando a las ideologías.
Por lo efectivo que ha representado para el Estado la enajenación, es que en muchas escuelas se regalan computadoras portátiles o por lo menos tabletas.
De hecho, indicó que por eso se observa que a través de diferentes programas gubernamentales implican regalar televisores.
“En realidad no es que regalen algo, lo cierto es que (por cada televisor) están introduciendo uno de sus agentes en nuestras casas”.
Cambiaron al guerrillero por el sicario
 
En la delegación XVII del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), Silva Nogales asume que la figura del sicario en los tiempos actuales, desplazó a lo que representaba un guerrillero de la década de los setentas a los noventas.
“El sicario es, para miles de jóvenes el modelo a seguir; leí algunas estadísticas que nos ponen como ejemplo a Tijuana, en donde el 18 porciento de chamacos de secundaria querían ser sicarios, estaban esperando que llegara el momento en que se pudieran dedicar a eso”.
Continúa: “yo recuerdo que en los sesentas, setentas y ochentas el modelo que los jóvenes seguían era el Ché Guevara, pero ahora todo mundo quiere ser sicario porque ya le vendieron la idea de que lo que importa es disfrutar poquitos años pero bien; así tienen sexo, drogas, riquezas y todos los excesos posibles, aunque solamente vivan de dos a cinco años”.
Lo que prevalece en la actualidad, de acuerdo con Silva Nogales, es el individualismo.
Al término de diez años en la cárcel de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, dijo que para él representó un golpe anímico muy fuerte encontrarse con la situación actual, pues ¡ se topó con una gran apatía en sectores importantes de la juventud nacional.
Estableció una comparación: “Por ejemplo, en los CCHs, en los setentas y ochentas, el solo hecho de entrar ya era sinónimo de hacerse activista, entonces escuchaba uno la música latinoamericana que hace referencia a la lucha social; prevalecían el canto nuevo y la trova. Ahora lo que se escucha son los narcocorridos”.
Los jóvenes en os CCHs, dijo que ya no se reúnen para planear acciones o comentar los problemas actuales, las reuniones mayoritariamente se convocan para tomar alcohol.
Bajo dicha circunstancia, indicó que para superar la situación actual del país, se debe apostar nuevamente a la educación, ya que sin una revolución educativa no se podrá superar al narcotráfico y la vida supuestamente fácil como el modelo a seguir para los jóvenes.
El permitir que las cosas sigan en la dirección actual, solamente garantiza perder aún más el rumbo que se tiene como nación, lo que no le conviene a nadie.