La diplomática Alicia Bárcena recibe a través de su hijo la presea Sentimientos de la Nación

Entre la opulencia y la indigencia, conminada a reducirse desde hace 204 años, fue entregada la presea Sentimientos de la Nación al hijo de la que este año fue elegida recipiendaria del galardón. Alicia Bárcena Ibarra no acudió a recibir el máximo reconocimiento que el poder Legislativo entrega cada año, desde 1997.
Alrededor de la Catedral Asunción de María, en pleno centro de Chilpancingo,  decenas de vallas delimitaron el pase a los ciudadanos. Solo aquellos con invitación podían cruzar los metales blancos para conmemorar el 204 aniversario de la promulgación de los Sentimientos de la Nación.
Afuera, tras las vallas, un grupo de trabajadores del Ayuntamiento capitalino protestaban bajo una llovizna exigiendo el pago del ISSSPEG que les es descontado de su salario, pero no pagado a la institución desde hace años. Desde las calles Abasolo e Ignacio Manuel Altamirano, cerradas para facilitarles el acceso, Diputados, Senadores, Alcaldes, Magistrados, líderes eclesiásticos y el Gobernador, arribaron  al lugar en camionetas -algunas blindadas- que rondan el medio millón de pesos.
Adentro, la sesión solemne se desarrollaba mientras que afuera, con la misma llovizna, los trabajadores del Ayuntamiento esperaban una respuesta de las autoridades. Al término de la sesión: los saludos, las selfies, los abrazos, los piropos a los elaborados peinados, caros vestidos y trajes para la ocasión; del otro lado, los trabajadores se marcharon sin obtener ninguna solución.
En su segunda sesión como presidente de la Mesa Directiva, el diputado Eduardo Neil Cueva Ruiz pidió un minuto de silencio por las más de 90 personas que  fallecieron a causa del sismo registrado en el estado de Chiapas el jueves 7 de septiembre. Pero nadie se acordó de los más de 100 muertos que hace 4 años dejaron los ciclones Ingrid y Manuel, solo en Guerrero, ni de los 43 desaparecidos y 6 muertos de la noche trágica de Iguala hace 3 años.
Por el contrario, Cueva Ruíz destacó que “hoy en Guerrero hay gobernabilidad y hay gobernanza”, sin mencionar que este mismo día se registró un enfrentamiento entre normalistas de Ayotzinapa y policías estatales, luego de que los primeros robaron en la principal vía rápida de la capital una pipa con 30 mil litros de combustible, y al menos cinco camionetas repartidoras de empresas de pan y refrescos, y los oficiales dispararon contra un camión en el que se transportaban los estudiantes, e impidieron a empujones, la labor de la prensa para documentar los hechos.
Y no llegó. La secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena Ibarra, no llegó a recibir la Presea, como años atrás  tampoco lo hicieron el tenor Plácido Domingo, o el presidente de Bolivia, Evo Morales.
Bárcena fue la única propuesta que se presentó en el  Congreso de Guerrero, por medio del grupo ciudadano Anáhuac, y fue elegida por la mayoría de los diputados al considerar que su trabajo se apega a los principios emanados de los Sentimientos de la Nación.
Envió a su hijo, Eduardo de la Torre Bárcena, a recibir la Presea de plata, quien en nombre de su madre pidió disculpas por no acudir a la sesión, argumentando que están por iniciar los trabajos de la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas, causa que le impidió viajar a Guerrero a recibir el reconocimiento.
“Esta tierra bravía es pilar indiscutible en la construcción de nuestra patria común. México debe a los colores de su presente las letras de Juan Ruíz de Alarcón e Ignacio Manuel Altamirano, la sabiduría del rector Ignacio Chávez, el sacrificio de los Galeana y de los Bravo, la rebeldía de Lucio y de Genaro. Guerrero es crisol de las luces y sombra de nuestra historia, de naturaleza pródiga y de desigualdades lacerantes, pero aún más, Guerrero es la cuna donde alumbra el México independiente”, dijo la galardonada mediante un video proyectado en la Sesión Solemne.
En un discurso basado en el contexto político y económico global, Bárcena Ibarra señaló que la región de América Latina y el Caribe sigue siendo la más desigual del mundo, con 175 millones de personas en situación de pobreza, que representan casi el 30 por ciento de la población de la región, y 75 millones en la indigencia.
“No se pude tolerar la indigencia, la pobreza y desigualdad, no podemos aceptar que haya niñas, niños, mujeres y hombres en condiciones de vulnerabilidad, y debemos luchar por alcanzar la pobreza cero,  imaginando un mundo sin pobres y discriminados”.
Tras los discursos, cada quien se fue con su cada cual. Los de adentro, subieron a sus camionetas y carros lujosos, mientras que los de afuera regresaron a sus casas de campaña en el plantón que mantienen hace dos días en el ayuntamiento de Chilpancingo.