Incluyeron a mujeres en el lavatorio de pies en Chilpancingo

Fue la primera ocasión, la misa la encabezó el obispo Salvador Rangel
Por primera vez, la Diócesis Chilpancingo-Chilapa incluyó mujeres en la ceremonia del Lavatorio de Pies.
El obispo Salvador Rangel Mendoza encabezó esta tarde la celebración del jueves santo en la explanada del zócalo, donde lavó y besó los pies a 12 personas pobres, entre mujeres, hombres y jóvenes.
Durante la homilía, el prelado destacó que por primera vez se invitó a participar a mujeres en una celebración que siempre fue exclusiva de hombres.
«El Papa Francisco nos está diciendo que la prioridad de la Iglesia hoy en día debe ser la mujer, no sólo por equidad de género, se le tiene que reconocer su dignidad», expuso.
Destacó que el llamado del Santo Padre es para que la Iglesia reflexione y «haga un esfuerzo por valorar más a la mujer y darle oportunidad en todos los sentidos y campos de la vida».
Rangel Mendoza hizo un ejercicio para mostrar la participación de las mujeres en el catolicismo.
En un primer momento pidió a las féminas levantar la mano, lo que evidenció que eran la mayoría de los asistentes.
Después pidió lo mismo a los hombres. «Aquí se ve más raquítica la cosa», expresó ante la mínima asistencia.
Por ello, aseveró que la religión Católica «es una Iglesia de mujeres», donde «las más entronas son ellas».
En ese sentido, el obispo afirmó que «así como Cristo le lavó los pies a los apóstoles», la Iglesia debe «lavarle los pies a las mujeres».
«Dentro de la Iglesia debemos hacer un esfuerzo serio por darle su lugar a la mujer dentro de la sociedad, dentro de la Iglesia, dentro del mundo laboral, dentro de todo, empezando desde la familia», expuso.
Aclaró que no se trata de equiparar a la mujer con el hombre, ni de que las mujeres «se pongan pantalones y anden pelonas».
El obispo Salvador Rangel Mendoza apuntó que otra prioridad del Papa Francisco son los jóvenes.
Consideró que se trata de «un sector olvidado en la sociedad», ya que los jóvenes «tienen pocas oportunidades», lo que ha dado lugar al fenómeno de «los ninis que ni estudian ni trabajan».
«Las iglesias estamos vacías de jóvenes. Tenemos que hacer algo a favor de ellos, presentarles un mundo distinto, un mundo diverso, darles más oportunidades», apuntó el prelado.
Después reflexionó en los motivos por los cuales los jóvenes no acuden ni participan con la Iglesia: «Ahorita todo mundo anda de vacaciones. Chilpancingo está lleno de muchachas y muchachos que se van a ir al antro, a la discoteca. ¿Por qué no somos capaces de atraerlos? Tal vez nuestra manera de vivir la fe a ellos no les convence».
Reconoció que la Iglesia no ha encontrado la manera correcta para comunicarse con los jóvenes.
«Tenemos que asociar a los jóvenes en la evangelización. Tenemos también que aprovechar la agilidad que ellos tienen con los medios de comunicación. El espíritu santo, por medio del Papa Francisco, nos está pidiendo que lavemos los pies a los jóvenes. Es necesario ponerles más atención desde el gobierno, desde las instituciones, desde la parte civil y la parte eclesiástica. Tenemos que besarle los pies a los jóvenes», expuso.
Por último, destacó que el Papa Francisco pidió que se ponga más atención en los pobres, que el catolicismo se convierta en «una Iglesia pobre para los pobres».
«Nosotros tenemos que prender las alarmas en favor de los pobres. El Papa Francisco está empeñado en que hagamos una sociedad más justa, más equitativa», subrayó.
El prelado apuntó que en México habitan cerca de 130 millones de personas, de los cuales 65 millones viven en la pobreza.
«Es más de la mitad de los mexicanos», apuntó. Por ello, insistió en que la Iglesia y sus fieles deben «besarle los pies a los pobres».
Denuncia que fue revisado por militares
Durante la homilía, el obispo Salvador Rangel Mendoza destacó la participación de las mujeres en el campo militar.
Indicó que visita con mucha frecuencia el municipio de Chilapa y para llegar tiene que atravesar «dos o tres retenes del Ejército», en los que se ha encontrado a mujeres militares.
Después denunció que el miércoles acudió a Ciudad Altamirano y cuando regresaba a Chilpancingo fue detenido en un retén de militares en la comunidad de Pachivia.
«Ayer me pararon y me cayeron gordos (…). Venía con sotana, con el pectoral, con todo y así me bajaron esos benditos. Los voy a acusar con su papá venía con sotana, con el pectoral y así me bajaron esos benditos, los voy a acusar con su papá López Obrador», contó el prelado.
Indicó que iba con las monjas y que «de lejos vio la bolita de soldados», entre ellos a «una muchacha soldado».