Los delincuentes ya no huyen ante las autoridades, señala alcalde de Chilpancingo
El alcalde de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena sostuvo que los hechos registrados en La Gavia, demuestran que grupos como “Los Tequileros” tienen la capacidad de fuego suficiente para desafiar a las autoridades, ya que no huyen ante la cercanía de las corporaciones, si no que los esperan y ataquen.
En su conferencia de los martes, el alcalde de Chilpancingo se refirió a lo sucedido la madrugada del lunes 19 de junio en la comunidad de La Gavia, municipio de San Miguel Totolapan, en la Tierra Caliente de Guerrero.
De primera instancia, lamentó el costo en vidas humanas que tuvo la acción del inicio de semana para el personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Procuraduría General de la República (PGR).
“La verdad es que resulta lamentable, que en la persecución de alguien en particular sucedan este tipo de cosas”, señaló el primer edil.
Y destacó: “Lo que nos queda claro, es que el Estado
Mexicano se está enfrentando a fuerzas con capacidad de fuego, porque es claro que no es un asunto en el que estas organizaciones se sientan amenazadas y huyan; vemos que tienen capacidad de respuesta y de fuego, por eso los esperan y atacan”.
Ese tipo de actitudes, manifestó que hace que el problema que representa el combate al crimen organizado sea cada vez más complicado.
Lamentó también, que haya homólogos suyos, como los de Arcelia y Teloloapan, ambos del PRD, que ya no pueden recorrer algunos tramos carreteros porque temen ataques por parte de la delincuencia organizada.
En su caso, dijo que no tiene rutas en las que considere que haya alguna consigna en el sentido de agredirlo, prueba de ello es que de manera recurrente pasa por zonas que son controladas por la autodefensa de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), cuyos excesos ha cuestionado en diferentes momentos, al igual que al Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo Social (FUSDEG).
Reconoció que en los retenes de las autodefensas debe detenerse, aunque no es obligado a identificarse y por lo general puede continuar su camino sin complicaciones mayores.
Insistió en la necesidad de que en el Congreso se revise el esquema en el que se desempeñan dichos grupos, porque el actuar de manera omisa también convierte a las autoridades en parte del problema que se vive.