Desplazados de la Sierra se irían a vivir frente a Palacio Nacional

Temen que los civiles armados de Tlacotepec incursionen en Chichihualco
Ante el miedo de que los civiles armados de Tlacotepec incursionen en la cabecera municipal de Chichihualco, las 80 familias desplazadas de la Sierra advirtieron que podrían regresar a plantarse frente al Palacio Nacional, aunque ahora lo harían para instalar sus viviendas de manera definitiva.
Crescencio González Pacheco, vocero de las familias desplazadas de la Sierra de Leonardo Bravo, señaló que hasta el momento, el Gobierno de la República no ha cumplido el acuerdo consistente en implementar dispositivos de vigilancia para evitar que los civiles armados de Tlacotepec ingresen a Chichihualco.
Indicó que para que dejaran el refugio instalado en el auditorio municipal, el gobierno federal se comprometió a vigilar tres puntos que son claves para evitar una irrupción de gente armada; el crucero que lleva hacia la comunidad de El Carrizal, la salida hacia El Naranjo y el punto conocido como Las Quebradoras, en la entrada norte de Chilpancingo.
Esos tres puntos, dijo que son los accesos por los que podrían llegar los civiles armados que actualmente controla el corredor que va de Filo de Caballos hacia Campo de Aviación, Los Morros, Tres Cruces, La Laguna y Xochipala.
Sostuvo que la amenaza de una nueva incursión está latente y la posibilidad es real, pues se han conocido versiones de que grupos de reconocimiento han merodeado recientemente las inmediaciones a Chichihualco.
Indicó que ya corrió el primer mes de los tres que se plantearon en reuniones con el gobierno federal, para generar las condiciones que permitan el retorno de los desplazados hacia sus lugares de origen.
De los compromisos que se pactaron, dijo que está el que consiste en garantizar alimentos para las familias desplazadas, lo que se ha cumplido llevando productos enlatados, principalmente sardinas y atunes.
Lo que no se ha cumplido, es la entrega de recursos para financiar la renta de pequeñas viviendas que les fueron conseguidas con la intención de que dejaran el auditorio municipal.
Ante la falta de recursos, ellos tuvieron que organizarse para salir a botear en las casetas de peaje de la Autopista del Sol, lo que les permitió mantenerse bajo un techo, pero fueron regañados por oficiales de la Policía Federal (PF).
Durante los siete meses que llevan fuera de sus pueblos, los desplazados han visto morir a dos de sus compañeros; el señor Francisco Barragán Nava y la señora Virginia Zúñiga Maldonado, ambos por complicaciones de salud que les aceleró el permanecer tanto tiempo fuera de sus pueblos.
Por eso advirtió: “Estamos valorando regresarnos a la Ciudad de México, volveremos a Palacio Nacional pero ahora nos vamos a quedar a vivir en frente; llevaremos madera, lámina y todo lo necesario para levantar nuestras casitas”.