El alcalde soy yo, dice un sorprendido Jesús Tejeda Vargas
El Congreso aclara que la licencia aún está vigente
A casi tres meses de que se le aprobara una licencia por tiempo indefinido, pese a tener un juicio de revocación de mandato en suspenso, el priista Marco Antonio Leyva Mena retomó la presidencia municipal de Chilpancingo, a pocos minutos de notificar al Congreso su determinación, lo que tomó por sorpresa a los trabajadores del ayuntamiento y al primer edil en funciones, Jesús Tejeda Vargas.
La del lunes 8 de enero fue una jornada inédita, en la que la realidad superó a los escenarios planteados en cualquier producción de sátira política, con la agravante de que los hechos se suscitaron en Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero.
La historia comenzó a relatarse pasadas las 09:00 horas, cuando Leyva Mena llegó al restaurant La Finca, ubicado a una cuadra del zócalo acompañado de un grupo de colaboradores.
Ahí los esperaba un centenar de personas, principalmente líderes de colonias populares, quienes de primera instancia le manifestaron su solidaridad, ante lo que consideraron “una mala jugada” que lo llevó a separarse de la alcaldía por la vía de la licencia el 16 de octubre de 2017.
Dirigió unas palabras de bienvenida y después escuchó algunas intervenciones de sus invitados, antes de retomar la palabra advirtió que ese día sería importante para la ciudad, aunque nadie en la concurrencia tenía idea de lo que estaba por suceder.
Poco después de las 10:00 horas, Leyva Mena dejó de improvisar su mensaje y se dispuso a leer un extenso comunicado que comenzó a matizar la jornada.
He decidido volver
“El día de hoy he notificado al honorable Congreso del estado de Guerrero mi reincorporación a mis funciones como presidente municipal de Chilpancingo, lo he hecho con las atribuciones legales amparadas en la Constitución General de la República, en la Constitución del Estado de Guerrero, con la voluntad que el pueblo de Chilpancingo expresó en el pasado proceso electoral, haciendo uso de su soberanía, lo hago con el derecho que me asiste el cual es irrenunciable e intransferible por ser emanado de la voluntad popular”, señalaba el documento.
Agregó: “He decidido regresar por los infundios permanentes del adversario político, por intentar utilizar la difamación y la calumnia como herramienta para conseguir sus fines, sumado a la instrumentación de adelantar tiempos de auditorías y aparatos coercitivos para dañar y desaparecer del mapa político a quienes consideran no sus adversarios, si no enemigos de sus visiones egocéntricas de poder”.
Leyva sostuvo que tiene claro a lo que se enfrenta, por lo que aseveró: “Sé a lo que me enfrento. A un aparato dirigido desde el ángulo más oscuro de poder en el estado. A su dinero, a la red de intereses y voracidad de ambiciones, a promesas de negocios o candidaturas que nunca se cumplirán y serán instrumento de llevar a cabo felonías a cambio de humo que los llevará a arrepentirse después”.
Continuó: “No tengo miedo. Miedo es vivir en la vergüenza de no luchar y permitir avanzar una injusticia. Por eso encargo mi seguridad al gobierno de la República: he dejado con un notario la historia de mis conflictos políticos, no tengo otros y el interés que se podría tener hoy o mañana en mi desaparición”.
Dijo que desde el comienzo de su administración ha sido amenazado junto con su familia, además de que ha resistido el fuego amigo, aunque solicitó el apoyo al gobierno estatal, dijo que en su momento solo recibió un “desesperado silencio”.
Suplente sorprendido
Después de pronunciar el mensaje, Leyva Mena invitó a quienes compartían el desayuno con él, a que lo acompañaran para recuperar su oficina, en la presidencia del ayuntamiento, lo que acrecentó la sorpresa entre sus simpatizantes.
Así, pasó por una puerta posterior tomada por un grupo de manifestantes, rodeo el edificio que alberga al ayuntamiento para entrar por la puerta frontal, que es la que lleva hacia la plaza central Primer Congreso de Anáhuac.
Entró en medio de una ovación, las personas que estaban formadas para pagar su impuesto predial lo miraron sorprendidos, mientras él extendía sonriente un saludo.
Subió por las escaleras, en el camino recibió abrazos de parte de varios trabajadores y así, entre algunos vivas llegó hasta la presidencia.
No encontró ningún tipo de resistencia, rápidamente se instaló en su escritorio sin percatarse que en un extremo de la oficina estaba el alcalde en funciones, Jesús Tejada Vargas, lo que le fue informado por el numeroso grupo de reporteros que le acompañaba.
Incrédulo por lo que sucedía, Tejada comentó a los reporteros que no estaba enterado de la determinación de Leyva Mena, también señaló que no había recibido ninguna notificación del Congreso, que al final es quien lo instaló en el cargo.
“El alcalde soy yo”, dijo el empresario con la expresión de sorpresa plasmada en el rostro.
Ante la lluvia de preguntas argumentaba que en todo caso, será el Congreso el que determine si ha lugar al reclamo que hace su antecesor en el cargo.
La licencia subsiste
Benjamín Gallegos Segura, oficial mayor del Congreso, recordó que la licencia presentada por Leyva Mena señala que la separación del cargo es “por tiempo indefinido, durante el resto del periodo de ejercicio constitucional para el que fue electo”.
La licencia aprobada por el Congreso, de acuerdo con Gallegos, se aprobó en los términos de la solicitud entregada, “que fue por el resto de su periodo”.
Sin embargo, este lunes a las 10:13 horas entró el escrito con la notificación de que ha decidido retomar el cargo.
Anticipó que será hasta la jornada del martes 9 de diciembre cuando el Congreso determine que es lo que pasa, de tal suerte que para el Poder Legislativo, el alcalde sigue siendo Jesús Tejeda Vargas.
¿Qué es más grave para el Congreso?
Anticipándose a la postura de los diputados locales, el alcalde Leyva Mena dejó en el aire algunos cuestionamientos hacia el Congreso local:
¿Qué es más grave para el Congreso? ¿Una autoridad municipal que no paga a su cabildo en dos años? ¿Un juicio por homicidio? ¿la cantidad de muertos, desaparecidos o desplazados por la violencia? ¿Una escena de teatro montada de basura en las calles?