Aunque durante 22 años el sistema comunitario bajó en un 95 porciento la incidencia delictiva en sus zonas de influencia, sus coordinadores reconocen la operación de células del crimen organizado, aunque niegan que se les haya infiltrado.
Sabás Aburto Espinobarros, consejero de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) explicó que dicho sistema opera desde hace más de dos décadas en 22 municipios y 180 comunidades, principalmente en las regiones Montaña, Costa Chica y región Centro.
De acuerdo con la estimación de los coordinadores de la CRAC, el sistema de seguridad y justicia sustentado en usos y costumbres de los pueblos originarios cobertura por lo menos a 500 mil habitantes del estado de Guerrero.
Aunque sostiene que la incidencia delictiva se ha bajado en más de un 95 porciento, Aburto Espinobarros reconoce que no se ha conseguido erradicar plenamente a los grupos del crimen organizado en las zonas en que opera la CRAC.
“Nosotros creemos que siguen operando, aunque también debe ser de una manera oculta, sin tratar de contaminar a nuestra organización”, apuntó.
Recordó que en 2011, la CRAC en Zitlaltepec logró la detención de cinco presuntos narcotraficantes que por medio de la amenaza pretendieron cooptar a la estructura de la comunitaria, hubo un procedimiento sancionatorio en público, el cual culminó con la destrucción de más de 30 tabiques de marihuana y la imposición del procedimiento de reeducación para los infractores.
Ese fue el único intento por controlar a la CRAC, sin embargo, dijo que el poner a trabajar en los pueblos a los presuntos narcotraficantes representó un ejemplo que los lideres del crimen supieron interpretar, porque ya no se han tenido casos de ese tipo.
Entre los municipios que tienen presencia de la CRAC se encuentran San Luis Acatlán, Metlatonoc, Malinaltepec, Cochoapa el Grande, Azoyu, Marquelia, Acatepec, Alpoyeca, Huamuxtitlán, Acatepec, Xochistlahuaca, Tlacochistlahuaca, Tixtla y parte de Acapulco, por mencionar algunos casos.