Ante decenas de feligreses, el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza reconoció que para no tener «problemas» con el gobierno de Héctor Astudillo Flores, ha mantenido un perfil bajo y ha cesado las críticas contra su administración, a pesar del grave problema de inseguridad que aqueja a la ciudadanía y al clero.
«Uno se siente presionado, uno se siente… ya saben, hace dos, tres meses, las publicaciones que yo hice, se molestaron mucho, incluso el Congreso del Estado se me echó encima, el Fiscal General se me echó encima, el Secretario de Gobierno se me echó encima, porque les dije una pequeña verdad», manifestó a los presentes.
Hace dos meses, el obispo Rangel Mendoza declaró públicamente que había sostenido reuniones con líderes de bandas criminales, con el objetivo de frenar ataques en contra de sacerdotes y religiosas en distintas zonas de la entidad.
Este domingo, realizó una celebración eucarística en la Catedral de la Asunción de María en Chilpancingo, en el marco de la 51 Jornada Mundial por las Comunicaciones, la cual fue ofrecida para los trabajadores de los medios de comunicación.
En esa celebración pidió a los creyentes apoyar el trabajo de los periodistas, sobre todo por los crímenes que se han perpetrado en contra de comunicadores, como el caso de Cecilio Pineda Birto, que fue asesinado en marzo en Ciudad Altamirano.
Insistió que en Guerrero no es fácil ejercer el periodismo, por las actividades de las bandas delincuenciales, las cuales no permiten que se publiquen las noticias «sucias», producto del resultado de sus operaciones ilícitas.
En su homilía, dijo que es nocivo que algunas instituciones digan «alabanzas» del gobierno en turno y que digan que todo está en orden, cuando en regiones como Tierra Caliente aún no se aplica la fuerza del estado para atrapar a grupos delincuenciales, como el que encabeza Raybel Jacobo de Almonte, conocido con el alias de El Tequilero.
Asimismo, invitó a los comunicadores a actuar con responsabilidad, a no «matar» la esperanza a pesar de la tan negativa situación económica, social en el estado y por el contrario a ganar la confianza de la ciudadanía.