David Martínez Téllez
Analista político, comunicólogo y académico UAGro
Ante el discurso y la percepción de imagen de los políticos como única defensa nos queda la lectura de diversos textos.
La democracia presenta como fundamento el voto. Con una mayoría del conglomerado, gana.
La habilidad de lo que diga y cómo vemos al político es como triunfa ante un electorado. Nos arroja empatía. Seduce.
Ya en el poder nos muestra su ambición de perpetuarse.
Dos ejemplos.
Donald Trump ha decidido, en una de sus acciones, regresar a sus países de origen a cientos de migrantes. Algo intrépido y desmesurado. Con esa medida podría afectar a empresas medianas que viven exitosamente de la mano de esos trabajadores ilegales. Muchos de estos dueños se han arrepentido de haber sufragado por el güerito.
La visión de Trump y su grupo es perpetuarse en el poder no sólo de Estados sino del mundo. Aspira a conformar un imperio moderno. Reorganizar la geopolítica.
Trump para ganar utilizó una forma de hablar (convicción) y una imagen siempre de traje (ejecutiva). En realidad es un convicto, misógino y mentiroso. Debilidades que supo ocultar.
Andrés Manuel López Obrador propuso un discurso emperifollado cercano a las necesidades del pueblo. Su manera de vestir y hasta de viajar fue modesta. Supo vender la idea de igualdad con los que son mayoría. Ganó.
Ya en el poder distribuyó dinero a través de diversos programas. Es una inversión política, no económica. Para ello endeudó a México como ningún presidente lo había hecho.
Los mexicanos le entregaron su amor por necesidad y porque el nivel educativo o lector es escaso. Evaluaciones internacionales nos ubican en segundo de secundaria. Un nacional promedio lee 5 libros al año.
Una democracia fomenta la lectura, capacidad que devela un espíritu creativo. Difícil de engañar.
AMLO como presidente escribió dos libros, en su vida han sido 20 en total. A él no lo engañaron, pero aprendió a engañar. La prueba máxima es que el actual gobierno carece de recursos; es decir, falseó la realidad. Es una virtud, sí. Muchos de nosotros inocentes le creímos.