El gobernador Héctor Astudillo Flores sostuvo que no genera ni busca conflictos, también aclaró que no tolerará los excesos de nadie.
Durante inauguración de los trabajos de remodelación del Instituto Guerrerense de Infraestructura Escolar del Estado de Guerrero (IGIFE), Astudillo Flores habló sobre los 27 meses que lleva al frente del Poder Ejecutivo local.
De entrada, dijo que asumió el gobierno en medio de
La mayor crisis que se ha vivido en el estado de Guerrero, con la certeza de que al equipo que le acompaña le tocó el tiempo más difícil en diferentes ámbitos.
“Siempre entendimos que iba a ser difícil, pero también debo decir que las instituciones funcionan; que el Poder Judicial, Legislativo y las delegaciones trabajan con normalidad”, apuntó.
Contra muchos pronósticos, manifestó que se logró tener un buen cierre en los años 2015, 2016 y 2017.
En los 27 meses que lleva de mandato, sostuvo que ha tenido satisfacciones y también muchas insatisfacciones.
“Hemos tenido momento –no muchos- de alegrías y sí muchos de preocupaciones, así como de ocupaciones por las circunstancias que amanece, atardece y anochece en el estado”, aseveró.
Pese a lo complicado del panorama, Astudillo expuso que hay avances importantes en lo que va de su gobierno, lo que es consecuencia de trabajar siempre con una valoración previa y el reconocimiento de la realidad que se enfrenta.
Agregó: “El gobernador no es factor de conflicto; no ando buscando pleito con nadie y no busco confrontaciones con nadie. Lo que he tratado es que, a quienes quieren conflicto, que en e conflicto encuentren también su esquema de trabajo”.
Apuntó: “Pero no es el gobernador quien anda secundando conflictos ni tolerando también excesos de nadie”.
Consideró que lo ideal sería estar en la media nacional en todos los temas, lo que no ha sido posible por el problema de violencia que se arrastra en diferentes regiones.
Sin embargo, destacó que si se realiza una revisión detallada de las mediciones que hay a nivel nacional, se tendrá como resultado el hecho de que en otras entidades la violencia creció en 2017 hasta en un 200 por ciento, mientras que en Guerrero la situación se contuvo.
Reconoció que es fácil decir que los indicadores de violencia se mantienen estables, pero sostuvo que para conseguirlo se necesita estar pendiente todos los días de lo que sucede en cada uno de los 81 municipios.