— Van tres semanas de sequía, la zona más afectada es la Norte y particularmente Iguala
Rogelio Agustín
El secretario general de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos (LCASC), Evencio Romero Sotelo advirtió que la producción de maíz se va a desplomar en la temporada 2023, por la sequía que se ha registrado en las últimas tres semanas.
El dirigente campesino, señaló que ante la escasez de lluvias, hay mucha inquietud entre los productores de granos básicos, porque de manera inevitable, la producción se va a caer para esta temporada de cosecha.
En estos momentos, dijo que hace tres semanas que dejó de llover, lo que plantea una estimación de que al menos el 50 por ciento del grano que se requiere para garantizar el autoconsumo no se va a poder obtener.
Lo anterior, se suma al hecho de que el campo no recibe los apoyos necesarios para mitigar las necesidades que se tienen de manera recurrente.
La zona más afectada por la sequía, dijo que es la región Norte, particularmente Iguala y casi toda la Tierra Caliente, donde se tiene la mayor producción de maíz en la entidad.
“A estas alturas ya hay mucha perdida total en la zona norte, eso nos tiene muy preocupados, porque las lluvias de septiembre generalmente son las que sirven para que la mazorca cargue, pero eso no está pasando, mucha milpa simplemente ya no creció y la que creció no se cargó de grano”, aseveró.
Recordó que en 2018 todavía se tenía una producción de un millón 300 mil toneladas de maíz en Guerrero, para 2019 y 2020 se cayó a un promedio de 800 mil toneladas.
Este año, dijo que la producción podría caerse a 500 o 400 mil toneladas, lo que no será suficiente para garantizar el autoconsumo.
Esa escasez, inevitablemente impactará en el incremento de los productos de la canasta básica.
Indicó que en los próximos días, las organizaciones campesinas del estado van a buscar una reunión con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, para efecto de plantearle la posibilidad de que haya apoyos emergentes para el campesinado de Guerrero.
Indicó que la gobernabilidad de Guerrero y del país, pasa de manera inevitable por las parcelas y su nivel de producción.
La última sequía que se enfrentó en Guerrero y tuvo una repercusión muy severa en la economía de la población, se registró en 2015, durante el gobierno interino de Rogelio Ortega Martínez.