El obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza manifestó estar en contra del «discurso triunfalista» que maneja el gobierno del estado entorno al «progreso» en cuestiones de seguridad y desarrollo de Guerrero.
En entrevista, el prelado también dijo estar en desacuerdo con las declaraciones del presidente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Heriberto Huicochea Vázquez, en relación a que los medios de comunicación se encargan de «exaltar» y «magnificar» los hechos violentos, que a la postre generan reincidencia.
En ese sentido, expuso que «no se puede tapar el sol con un dedo», cuando existen estadísticas a nivel nacional e internacional que dan cuenta de las deplorables condiciones de seguridad de los guerrerenses, que colocan a Chilpancingo y Acapulco como unas de las ciudades más violentas.
«Todo mundo sabe (de las condiciones de seguridad) y aquí están dándose más asesinados», puntualizó Rangel Mendoza, quien semanas antes dijo que sostenía diálogos con jefes de células criminales, como parte de sus actividades pastorales.
El hecho de que la entidad se encuentre sumida en la violencia, incertidumbre y retroceso social, beneficia a los «lobos viejos», a los que no les interesa que Guerrero progrese y de quienes no quiso decir referencias «porque se nos echan encima», señaló.
A los partidos políticos, los exhortó a trabajar en una «tregua» que permita civilidad y colaboración en conjunto para dejar atrás actos de corrupción, que se han convertido en una parte del panorama que se vive en la entidad.