Hay 600 cadáveres no reclamados en Acapulco, Iguala y Chilpancingo
Aunque ya entró en funciones el Panteón Ministerial del Estado, en las tres instalaciones del Servicio Medico Forense (Semefo) de la entidad existen existen 600 cadáveres en espera de que se les identifique y reclame, la mayoría consecuencias de hechos violentos relacionados con el crimen organizado.
Durante la primera mitad de 2017, los forenses de Acapulco, Iguala y Chilpancingo realizaron por lo menos tres envíos de cadáveres no reclamados al Panteón Ministerial, luego de que estos fueran debidamente clasificados y se obtuvieran las pruebas de ADN correspondientes, para colocarlos en un banco de datos que está a la disposición de familias que buscan a personas desaparecidas.
Lo que retrasa la liberación de las cámaras frigoríficas del Semefo en Acapulco, Iguala y Chilpancingo, es la obligación de clasificar los cadáveres no reclamados, particularmente la obtención de muestras de ADN.
“La verdad es que nosotros quisiéramos que esto se hiciera de manera más ágil pero la verdad es que las condiciones no lo permiten, ya que deben hacerse pruebas de ADN y demás para tener la debida clasificación. Entre las tres instalaciones tenemos 600 cadáveres”, apuntó Carlos de la Peña Pintos, titular de la Secretaría de Salud (Ssa).
El funcionario reconoce que en lo que va del año, los semefos apenas se han despresurizado en un 15 porciento.
Hizo eco a la propuesta del presidente de la Comisión de Salud del Congreso local, Raymundo García Gutiérrez, en el sentido de que haya una instalación del SEMEFO en cada una de las siete regiones de la entidad.
Actualmente solo hay tres forenses en tres regiones de la entidad; Acapulco, Iguala y Chilpancingo, por lo que hace falta en Tierra Caliente, Costa Chica, Costa Grande y la Montaña.
De la Peña Pintos manifestó que el problema radica principalmente en la acumulación de cadáveres no reclamados, la mayoría consecuencia de hechos violencia.
El más saturado hasta el momento es el de Acapulco, que recibe cadáveres procedentes de las dos costas, le sigue Chilpancingo que también atiende a la Montaña en sus partes alta y baja.