– Seguidores de Adolfo Calderón estuvieron “a la caza” de simpatizantes de Adela Hernández, para impedir su regreso al puerto de Acapulco
– “Vinieron a provocarnos”, reprochaban a manera de justificación
Jesús Dorantes
Durante cinco horas, seguidores del profesor Adolfo Calderón Nava bloquearon los carriles norte-sur de la Autopista del Sol, a la caza de autobuses con seguidores de la nueva secretaria general del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), Adela Hernández Angelito.
La tensión entre los trabajadores aglutinados en el SUSPEG, el sindicato más numeroso del estado de Guerrero se vivió desde la mañana del miércoles 15 de diciembre.
Mientras Hernández Angelito rendía protesta como secretaria general, Calderón Nava encabezaba una concentración con cientos de sus seguidores en la plazuela de San Mateo, a poca distancia del evento en que el dirigente saliente, David Martínez Mastache presentaba su cuarto informe de labores.
El riesgo de una confrontación era alto, por eso decenas de seguidores de Adela Hernández formaron una valla humana en torno al edificio ubicado en el sector oriente de la ciudad.
Los seguidores del profesor Adolfo Calderón optaron por marchar calle abajo, hasta llegar a las vialidades del río Huacapa y después hacia la Autopista del Sol, para marchar sobre los carriles norte-sur, con dirección hacia el puerto de Acapulco.
Tenían una reunión agendada para las 13:00 horas en el Palacio de Gobierno, ahora denominado Recinto Oficial del Poder Ejecutivo.
El contingente avanzó sobre los carriles centrales y las laterales del bulevar Vicente Guerrero, siempre caminando hacia el sur.
Llegaron así al parador del Marqués, punto ubicado en la salida hacia el puerto de Acapulco y que también lleva al circuito Río Azul.
En ese lugar ya había bloqueado un grupo de maestros de educación física, que se retiraron para instalar una mesa de trabajo con la Secretaría de Educación Guerrero (SEG).
Los disidentes del SUSPEG se instalaron en plantón, mientras un grupo de dirigentes dialogaba con funcionarios del Gobierno de Guerrero.
Desde las 14:30 horas, comenzaron a interceptar los vehículos en que sospechaban que viajaban los seguidores de Adela Hernández y que pretendían regresar a diferentes ciudades, principalmente Acapulco.
“Vinieron a provocarnos y ahora se aguantan”, decían los sindicalizados mientras retenían los autobuses, cuyos pasajeros no mostraban los boletos que acreditaran que se trataba de viajeros comunes.
Cuando desde el interior de las unidades les gritaban que abrieran el paso y les permitieran seguir su camino, los Calderonistas les recordaban que el día de la votación se habían esperado hasta la medianoche, de tal suerte que podían aguantar.
Mientras detectaban los autobuses de los adversarios, los viajeros ajenos al conflicto, entre ellos trabajadores de camiones de carga y familias con adultos mayores y niños a bordo entraban en desesperación.
Había peticiones en todos los tonos, pacificas, con la voz elevada, recordatorios familiares, diálogos cara a cara y hasta una pedrada que afortunadamente rebotó en un anuncio de “bienvenidos a Chilpancingo”.
Los ánimos se caldeaban hasta que se permitía que un pequeño grupo, el más molesto retomara su camino, luego se cerraba la vialidad nuevamente.
En todo el tiempo no se observó fuerza pública que frenara una confrontación, si acaso un pequeño grupo de agentes de Tránsito del Estado y un par de agentes de la Guardia Nacional (GN) sector caminos, que trataron de localizar a un dirigente pero fueron ignorados, casi todos los representantes estaban en Palacio.
Para las 18:30 horas la vialidad se recuperó, ya era de noche y la molestia era evidente en los automovilistas varados.
Sobre la carretera, recargados en el lado derecho había por lo menos cinco autobuses retenidos y sus ocupantes nunca descendieron, los Calderonistas aseguraban que eran sus antagónicos de la planilla verde y amagaban con no dejarlos continuar.
Sin embargo, para las 19:00 horas la carretera estaba completamente despejada, el congestionamiento había terminado.