Académico, figura maniquea

David Martínez Téllez

El abogado se exhibe entre bueno y malo. Esto es maniqueo. Lo explico porque algunos confunden la palabra con manipulador.

El señalado, ahora es Eduardo López Betancourt.

Primero, el lado malo.

En estos momentos ha sido acusado de acoso sexual, por lo que se sabe, decir palabras inconvenientes dirigidas a una alumna.

Se esparció su nombre para ocupar la secretaría general de Gobierno cuando ya había ganado Morena en Guerrero. Sin embargo, Félix Matías Bautista, ex guerrillero declaró que López Betancourt tuvo participación activa para torturar a quienes participaron en el evento conocido como “guerra sucia”.

Ya no llegó a ese puesto.

La otra faz, lo bueno.

López Betancourt es presidente del Tribunal Universitario de la UNAM, institución responsable de vigilar la mala conducta de profesores y académicas y/o alumnas y estudiantes.

Recibió la presea Sentimientos de la Nación por parte del Congreso del Estado de Guerrero en 2021, reconocimiento que se le otorga a grandes personalidades del mundo.

Es calificado por sus alumnos como un excelente profesor, generoso académico y buen investigador.

Fue procurador de justicia y secretario general de gobierno en el sexenio de Rubén Figueroa Figueroa.

Un episodio neutral.

Abogado de profesión López Betancourt, emprendió la defensa de Félix Salgado Macedonio sobre la presunta denuncia de acoso sexual cuando fue pre y candidato a la gubernatura en el Estado de Guerrero. Como abogado empleas los conocimientos a quien te cubra los honorarios o si es tu amigo o familiar.

Guerra lateral política.

En el evento de acoso sexual, el esposo de Lourdes “N” es diputado federal suplente. Es decir, es otra batalla entre guindas. López Betancourt, hasta donde sé, no es morenista pero su acercamiento con el senador con licencia lo convierte en parte de ese partido.

El poder de un profesor.

Lo que es indudable es el poder que ostenta un profesor (y más de nivel universitario) frente a sus alumnas. No solamente de hombres a mujeres, sino de damas a varones. Incluso de género.

En caso de que resulte culpable el doctor Eduardo dañará la imagen de la UNAM, del Congreso del Estado de Guerrero, del gobierno estatal de Guerrero y de la docencia universitaria.

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